Por Edgar Hernández*
A escasos 10 días de decidirse electoralmente Xalapa, la joya de la corona, y en medio de una guerra de excremento, la preferencia ciudadana se define.
Las tendencias se colocan, de acuerdo a las últimas encuestas e insaculaciones ciudadanas, en favor de la terna Ana Miriam Ferraez, quien juega por la fórmula PAN/PRD “Contigo el cambio sigue” e Hipólito Rodríguez, abanderado de Morena.
No más.
Las tendencias, de acuerdo a BEAP S.C. “Estadísticas de Opinión Pública”, una de las cinco encuestadoras de más crédito de la ciudad de México, colocan a Ana Miriam –a pregunta de si hoy fueran las elecciones por quién votaría- en primer término con 32.4 puntos seguida por Hipólito Rodríguez con 24.9 puntos.
En otro sentido, las tendencias hacia abajo ubican a Alejandro Montano, 8.6 puntos; Carlos Luna, 4.6 y Nicanor Moreira, 2.8, según BEAP –Buró de Estrategias y Análisis del Poder S.C.-
Son desde luego aproximaciones muy parecidas a las que en una primera instancia, al arranque de las campañas dio a conocer Roy Campos quien también colocó el primer sitio a Ana Miriam Ferraez Centeno, a pesar del rudo golpeteo interno a que había sido sujeto de parte de su más cercano contendiente David Velasco Chedraui.
En lo general, la presente jornada electoral se ha caracterizado desde sus inicios por una indiscriminada guerra de lodo que no perdona prestigio ni género.
Así, la panperredista Ana Miriam, ha tenido que aguantar el chaparrón por la denuncia de presuntas adicciones a pesar de comprobar médicamente estar libre de adicciones a la marihuana, anfetaminas, Valium, metanfetamina y morfina. Le han revivido asimismo viejas historias sentimentales y ausencia de cuidado de sus cinco hijos, toda una canallada para su condición de mujer.
En situaciones parecidas han colocado a Hipólito Rodríguez al calificarlo como golpeador de su esposa y de enriquecerse con salarios estratosféricos cuando en los hechos es un hombre muy tranquilo y honesto, un pan de Dios que vive de manera por demás en la modesta medianía.
A Alejandro Montano de manera desproporcionada le han endilgado todo un culebrón de historias negras de sus antepasados sin admitirle reconocimiento alguno en favor de la seguridad pública durante su gestión en años anteriores. Todo en él es malo. Han recalado incluso con su familia.
En realidad el deporte favorito de los denostadores es meterse con la familia. Es lo que sucedió con Carlos Luna, un hombre probo y de conducta intachable que ha hecho caso omiso a los insultos cobardes en ese sentido.
Antonio Luna es otro de los que han sido objeto de una andanada de ataques y golpes mediáticos. Y tal vez los merezca, pero ahí lo vemos revolviéndose y pagando gacetillazos para defenderse.
Caso lamentable, sin duda, el de Nicanor Moreira, un aspirante a la alcaldía que ha sido colocado como la sorpresa de la próxima elección y que ha sido denostado, minimizado y objeto de historias truculentas. No despunta en las encuestas pero ahí la lleva, pan pianito, desde hace dos años. Es el del voto silencioso y no Morena ¿Será el triunfador?.. A
Nicanor le han puesto en tela de juicio sus empresas y disputas laborales y familiares. Nada le ha dañado.
Quienes no han sido lastimados o vituperados son el resto de los contendientes por la alcaldía jalapeña como Rubén Moreno Archer, Efraín Sánchez Cruz, Brenda Aguilar y Juan David Ovando. Ello se debe a que no representan ningún peligro a no tener la más mínima posibilidad de llegar.
Así pues, el juego de poder está por definirse.
Las tendencias y encuestas verán su realidad el domingo 4 de junio que será cuando los resultados arrojen lo que se negoció, lo que se defendió y lo que se ganó legítimamente.
En estos tiempos electorales queda, sin embargo, muy claro que por encima de del excremento en el ventilador, la sociedad civil tiene una opinión muy clara del papel que juegan los partidos y los actores. Ello no es más que resultante de la crisis social, económica y política que vivimos en donde la única forma de desquite ciudadano está en las urnas.
Por ello los partidos políticos más le apuestan al nombre que a la institución.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo

