Por Socorro Valdéz Guerrero

SU TESORO COMO BOTÍN POLÍTICO

Sin desearlo no ven, sus ojos se cerraron, los de ellos los ¡cierran! Se auto convierten en débiles visuales y auditivos para no enfrentar, detener abusos y chantajes. No ven, no oyen, y permiten daño a quienes de nacimiento, por enfermedad o accidente, perdieron la vista. Los otros, la autopierden para solapar ¡Fósiles! que tampoco ven, pero dañan. Afectan a los que buscan su autosuficiencia, su desarrollo e incorporarse a una vida diaria no diseñada para los que padecen limitación física. Ellos, no quieren vivir del asistencialismo. Quieren ser autárquicos. Los otros, vividores, incluso uno, adicto y violento, sí, desean mantenerse como ¡Fósiles! Con debilidad visual para el chantaje, para la permanente manutención gubernamental. Ellos, no necesitan, ya obtuvieron y se beneficiaron del sistema. Los otros sí. Ambos grupos -víctimas y victimarios-, afectados de la vista, se enfrentan en la lucha. Unos quieren despojar y otros simplemente seguir con su educación y preparación. Unos están solos y los otros enquistados tras una mano que empuja a causar destrozos, a liderar, a usar una bandera para beneficio político. Los sordos y ciegos, los ¡omisos! La dirección de la escuela para ciegos, la dirección general de Educación Especial; la agencia del MP en alcaldía Cuauhtémoc -hay denuncias de esa violencia- y la misma Fiscalía de Servidores Públicos, no ven y no frenan a un grupo de chantajistas, sí, débiles visuales, que manipulan con su discapacidad, como lo hacen otros, para obtener canonjias, para poner en peligro a sus pares. Para vivir permanentemente del asistencialismo. Para usar una escuela -La nacional para Ciegos, “Ignacio Trigueros”- no para desarrollarse y enfrentar la vida cotidiana, sino como “modus vivendi”. Es un grupo de nueve, les dicen anarquistas, no lo son, porque buscan beneficio personal, no colectivo. Porque usan la violencia, no el principio de no agresión ni respeto a los derechos de otros. Utilizan su ceguera como chantaje gubernamental. Los otros, los omisos, encabezados por Rosa Gabriela Morales Sandoval, directora de dicha escuela, se auto infringen una debilidad visual para no ejercer autoridad ni acciones ni decisiones; deja que ese grupo tome la escuela, la cierre, la incendie y decida quién estudia y quien no. Ellos, se escudan en derechos -un amparo- para manipular y mantenerse de los beneficios que le son negados a otros. Argumentan no tienen sustento, pero los afectados, sostienen, ¡es mentira!.. Pagan juicios, se amparan, y la Suprema Corte de Justicia, les advirtió, ¡no se justifica sigan ahí! Otorgó un plazo -24 horas-, y ¡No se van! Vuelven a usar la ley, promueven otro amparo local y regresan al chantaje, al asistencialismo (quieren seguir viviendo ahí, tener departamento y apoyo). Juan Carlos Vivían Paniagua, es uno de los que encabeza. Es estudiante de leyes en la Universidad de la Ciudad de México, y usa su instrucción para torcerla en beneficio de un grupo que aparentar lucha social, pero es fin político. Trabaja, dicen, en el gobierno local. Y el gobierno local, el que administra Claudia Sheinbaum, a través de su personal, simplemente justifica: “es un edificio federal, no se puede hacer nada. En tanto, Vivían Paniagua impide con su grupo, entre ellos un golpeador, beneficien a los de nuevo ingreso. La discapacidad, hoy es su arma. Su tesoro para botín político. La escuela de ciegos, padece igual que otras, a vividores de un sistema que no permite la autosuficiencia y el desarrollo autónomo de quienes por una debilidad visual quieren prepararse para enfrentar la vida. Hoy en esa escuela hay deterioro educativo y de calidad de servicios. Producto de un grupo manipulador que presiona para seguir ahí. Para sostenerse del apoyo gubernamental. Quieren arruinar el cierre de un semestre, la vida de 200 alumnos que padecen debilidad visual, y que tampoco ve, Esteban Moctezuma Barragán, de Educación Pública.