Con mariachis, globos y peluches, familiares y amigos enterraron el cuerpo de la niña Fátima, víctima de feminicidio, en un panteón de Tulyehualco, en la alcaldía Xochimilco de la Ciudad de México.
Entre el dolor y la indignación, los familiares y vecinos de la niña de siete años violentada y asesinada en la capital del país se despidieron de la menor con una misa de cuerpo presente para recordarla y exigir que nadie más vuelva a sufrir una pérdida así.
La conmoción se hizo visible cuando centenares de vecinos se juntaron frente a la humilde casa de la familia y ante un mar de velas donde cantaron y rezaron unidos mientras los sacerdotes que oficiaron el sermón hicieron llamados a Dios y al Gobierno para que se instaure la paz en el país.
Tras un largo y emotivo aplauso de los vecinos para despedir a la menor, decenas de niños compañeros de escuela de ella entraron en el domicilio con lágrimas en los ojos para darle el último adiós.
Fuente: agencias

