La Unión Nacional de Trabajadores Agrícolas (UNTA) consideró que, más allá de la pandemia del COVID-19, la población rural padece del silencio del Gobierno Federal ante un campo olvidado y abandonado por el Estado mexicano y las políticas de la llamada Cuarta Transformación, y exigió a autoridades no volver a exhibir la obra «La revolución» de Fabián Cháirez.

«En toda mi vida como dirigente de una organización campesina, nunca antes como hoy estamos frente a un gobierno sumamente anticampesino y antiagrarista”, expresó el secretario general de la UNTA, Álvaro López Ríos, al conmemorar el CI aniversario luctuoso de Emiliano Zapata, en Cuautla, Morelos.

En ese marco la UNTA llamó al Instituto Nacional de Bellas Artes para que considere no volver a montar, junto a obras de Orozco, Rivera, Siqueiros, Camarena y Arnold Belkin, otras imágenes de «ínfima calidad y con un claro sentido de provocación, y que un simple filtro de exigencia plástica debió haber dejado fuera», como en su opinión es «La revolución» de Fabián Cháirez.

Se pronunció por el respeto a la comunidad de la diversidad sexual y las preferencias sexuales, «pero repudiamos el que uno o varios individuos, con el pretexto de darse a conocer a través del escándalo, denigren la imagen de Zapata o de cualquier otro héroe.

«El juicio de los personajes en la historia del país se debe basar en un análisis profundo y objetivo, con documentos y bajo una óptica científica, y no con base en rumores como sucedió en este caso», juzgó.

Mediante un comunicado, la UNTA recordó que López Ríos, junto con otras personas, circularon un manifiesto hace unos meses en el que expresan su rechazo a una exposición en el Palacio de Bellas Artes, en donde se incluyeron, junto a obras de gran calidad, tres «diatribas gráficas» donde se «denigra» la imagen del héroe.

En el manifiesto, externan que esas imágenes «ni siquiera pueden considerarse obras de arte: son libelos realizados ex profeso con el fin de ridiculizar al héroe y confundir a la población, en particular a los jóvenes».

Desde su punto de vista, la «caricatura» realizada desde 2014 por el pintor, y causante principal de la polémica en los medios y en las redes sociales, aparte de ser un cuadro «mediocre», es un ejemplo de burla y manipulación.

Los argumentos de que se vale el autor de la obra, acusó la UNTA, son que vivimos en una sociedad “patriarcal, machista, homofóbica y misógina”, pero son «débiles conjeturas y un pretexto para justificar su oportunismo».

El oportunismo de quienes planearon el escándalo se expresa en la acusación de «homofóbicos» a aquellos sectores de la población que protestaron por la denigración del héroe.

La comunidad de la diversidad sexual, agregó, desinformada o engañada, se lanzó a apoyar la «libertad de expresión» y cerró filas no porque el pintor tuviera la razón, sino porque pertenece a su grupo, sin reflexionar en la calidad ni en el contenido de la obra, lamentó la organización campesina.

Desde la óptica de la UNTA, «el narcicismo colectivo prevaleció por encima de la memoria histórica y el sentido común sin que ninguna autoridad propusiera una solución prudente».

La UNTA consideró que el «rechazo» del pintor a la masculinidad, su obsesión por «identificar al machismo con cualquier rasgo varonil, su masculinofobia, no sólo rayan en lo ridículo, sino que representan una actitud completamente irresponsable, al lanzar a su comunidad a una guerra absurda y polarizar aún más a la sociedad».

«Con el tiempo, este pintor, convertido por el momento en una diva de Internet, será olvidado, porque el tiempo es implacable con la mediocridad», según la UNTA.

Fuente: NTX