El presidente Andrés Manuel López Obrador aclaró que la «pausa» que propuso con España es con las empresas, más no diplomática ni política.

En conferencia de prensa matutina, López Obrador se dijo respetuoso del pueblo español y su gobierno, pero enfatizó su desacuerdo con las empresas que gracias al “influyentismo” abusaron de México.

“Bueno, ya hemos dejado en claro que nosotros respetamos mucho al pueblo español. Que una cosa es el pueblo, el gobierno y la monarquía, son distintos, también otra cosa son las empresas españolas”, dijo.

“La única queja, el único cuestionamiento, es que se abusó en otros tiempos de nuestro país y se les consideró como tierra de conquista por las empresas y por el influyentismo político que se llevaba a cabo arriba, en la cúpula de los poderes, tanto de España como de México. Eso ya no se permite, y eso es lo que se ha decidido, pero no se rompe la relación”, aclaró el mandatario desde Palacio Nacional.

Asimismo, reiteró que actualmente persisten las irregularidades en los contratos por parte de las empresas españolas con México. “Sí, las empresas españolas, y los contratos y el influyentismo. Porque si ustedes investigan van a encontrarse cosas completamente, para decirlo amablemente, usar un eufemismo, irregulares, en todas las obras”, acusó.

Como ejemplo de lo anterior, López Obrador habló sobre las estimaciones de la construcción del tren Toluca-Ciudad de México, que, dijo, iba a costar 30,000 millones y va a terminar costando 90,000. “¿Y qué empresa se hizo cargo? ¿Y quién recomendó a la empresa? Entonces esas cosas ya no”, señaló.

Finalmente, el presidente aseveró que el canciller Marcelo Ebrard ha estado en contacto con el Gobierno de España y refirió que “no hay ningún problema”.

Fuente: El economista