El principal grupo paramilitar de Sudán y las fuerzas armadas regulares intercambiaron disparos en Jartum y otros puntos del país el sábado, en una aparente lucha por el control.

El ejército rechazó las afirmaciones de las Fuerzas de Apoyo Rápido de que se habían apoderado del palacio presidencial, la residencia del jefe del ejército y los aeropuertos de Jartum y la ciudad septentrional de Merowe.

El jefe del ejército, el general Abdel Fattah Al-Burhan, declaró a Al Jazeera TV: «Creemos que, si son sensatos, harán retroceder a las soldados que entraron en Jartum. Pero si continúa, tendremos que desplegar soldados en Jartum desde otras zonas».

El líder de RSF, el general Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti, calificó a Burhan de «criminal» y «mentiroso».

«Sabemos dónde te escondes y llegaremos hasta ti y te entregaremos a la justicia, o morirás como cualquier otro perro», dijo en una entrevista a la emisora.

Con versiones contradictorias de los hechos dadas por ambas partes, la situación sobre el terreno no estaba clara.

El líder de RSF, el general Mohamed Hamdan Dagalo, más conocido como Hemedti, calificó a Burhan de «criminal» y «mentiroso».

«Sabemos dónde te escondes y llegaremos hasta ti y te entregaremos a la justicia, o morirás como cualquier otro perro», dijo en una entrevista a la emisora.

Con versiones contradictorias de los hechos dadas por ambas partes, la situación sobre el terreno no estaba clara.

La RSF dijo que el ejército la había atacado primero, mientras que el ejército dijo que estaba luchando frente la RSF en lugares que los paramilitares decían haber tomado.

Un enfrentamiento prolongado entre la RSF y el ejército podría sumir a Sudán en un conflicto generalizado, mientras lucha frente la crisis económica y la violencia tribal, y podría también desbaratar los esfuerzos por avanzar hacia la celebración de elecciones.

Los enfrentamientos se producen tras las crecientes tensiones entre el ejército y la RSF por la integración de ésta en el ejército. El desacuerdo ha retrasado la firma de un acuerdo respaldado internacionalmente con los partidos políticos sobre una transición a la democracia.

Las fuerzas civiles que firmaron una versión preliminar de dicho acuerdo en diciembre pidieron el sábado el cese inmediato de las hostilidades, tanto por parte del ejército como de la RSF, para impedir que Sudán se deslice hacia «el precipicio del colapso total».

«Este es un momento crucial en la historia de nuestro país», afirmaron en un comunicado. «Esta es una guerra que nadie ganará y que destruirá nuestro país para siempre».

La RSF acusó al ejército de llevar a cabo un complot de los leales al ex hombre fuerte, el presidente Omar Hassan al-Bashir -que fue derrocado en 2019-, y de intentar dar un golpe de Estado por su cuenta.

Reuters