En un esfuerzo por abordar las necesidades ambientales del sector empresarial y gubernamental, el Centro de Investigación en Ciencias Biológicas Aplicadas (CICBA) de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) está llevando a cabo proyectos innovadores con un alcance que va más allá de las fronteras locales. Con un enfoque en la utilidad, patentes, diseños industriales, desarrollo tecnológico, transferencia de tecnología y servicios de venta, el CICBA se ha convertido en un motor de cambio en el campo de la biología aplicada.

Moisés Tejocote Pérez, coordinador del CICBA, destacó el enfoque del centro en establecer contacto con el sector productivo del Estado de México durante sus ocho años de existencia. Sin embargo, la relevancia de sus proyectos ha alcanzado niveles nacionales, extendiéndose a entidades como Jalisco, Guerrero, Veracruz y Yucatán. «Es un centro que busca constantemente mecanismos, desarrolla y crea métodos, diseña innovaciones, mejora propuestas y se mantiene en estrecho contacto con la normativa mexicana en materia de medio ambiente, salud, alimentación, producción y gestión de residuos orgánicos, todo ello en beneficio de la sociedad desde el ámbito de la biología», explicó Tejocote Pérez.

Aunque el CICBA se dedica a una variedad de proyectos e investigaciones a través de sus dos cuerpos académicos y siete investigadores, tres de ellos se han destacado por su impacto, avance y alcance potencial a corto, mediano y largo plazo, con el objetivo de promover la economía circular y el cuidado del medio ambiente, incluso a nivel internacional.

Uno de estos proyectos es un deshidratador de alimentos que fue patentado en 2019 y actualmente se encuentra en proceso de explotación en asociación con empresarios europeos, quienes lo consideran óptimo para generar seguridad alimentaria a nivel mundial. Este deshidratador es capaz de extraer eficientemente la humedad de una variedad de alimentos, incluyendo productos cárnicos, semillas, frutas, verduras, perecederos y hongos, manteniendo alrededor del 90% de los nutrientes funcionales y minimizando los costos de operación y logística al reducir el peso durante el transporte de materias primas.

«Este proyecto nos ha permitido establecer vínculos con empresas e inversores extranjeros para presentar la primera inversión de ciencia y tecnología. Estamos avanzando en la dirección correcta, ya que hace 15 días presentamos el proyecto a inversores europeos», afirmó Tejocote Pérez.

Otro de los proyectos destacados es el sistema de producción de biogás, el cual ha encontrado gran aceptación en diversos municipios mexiquenses.

El CICBA ha diseñado un biodigestor que aprovecha el estiércol como materia prima para la producción de energía limpia. Este biodigestor es adaptado de acuerdo a las necesidades de los productores, ya sea en forma vertical u horizontal, con la inclusión de aditivos específicos que permiten lograr una digestión completa de los residuos. Aunque ya se conocía la posibilidad de extraer gas metano a partir del estiércol, los sistemas existentes en el Estado de México no eran lo suficientemente eficientes. Por ello, el CICBA ha desarrollado un nuevo prototipo de biodigestor que se enfoca en la eficiencia y, sobre todo, en las necesidades de los campesinos mexicanos. Esto demuestra la capacidad de los investigadores del centro para diseñar soluciones adecuadas y adaptadas a la realidad del país, sin tener que depender de tecnologías importadas.

El coordinador del CICBA, Moisés Tejocote Pérez, destacó el enfoque interdisciplinario del centro y la colaboración con otros investigadores de la UAEMéx. En este sentido, mencionó el proyecto en conjunto con la Facultad de Arquitectura y Diseño, que consiste en el desarrollo de un prototipo de biorestaurante. Este proyecto tiene como objetivo generar una cultura ambiental entre los comensales y promover prácticas sostenibles en el sector de la restauración. Se planea que este biorestaurante se construya en el municipio de Jiquipilco, siendo un ejemplo concreto de cómo la investigación científica puede llevarse a la práctica en beneficio del medio ambiente y la sociedad.

Tejocote Pérez enfatizó que el CICBA no solo busca aplicar el conocimiento científico, sino también generar impacto económico y empleo. Al promover el cuidado de los recursos naturales y fomentar una economía circular, el centro contribuye a una mayor conciencia sobre la importancia de la sustentabilidad. Los productores, al reconocer el valor de proteger los recursos naturales, pueden adoptar prácticas más amigables con el medio ambiente, generando un impacto positivo en su entorno.