El debate sobre el uso de las bolsas de plástico ha generado mucha controversia en los últimos años. Mientras algunos argumentan que su prohibición es la solución para reducir la contaminación, el académico Manuel Álvaro Salazar Vázquez, de la Licenciatura de Ingeniería en Plásticos de la Unidad Académica Profesional Tianguistenco de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), sostiene que el problema radica en la falta de conocimiento sobre su correcta disposición y en la preferencia por prohibir en lugar de reciclar.
El consumo per cápita anual de bolsas de plástico en México oscila entre 150 y 180, lo que indica que este producto tiene una presencia significativa en la vida cotidiana de los mexicanos. Salazar Vázquez señala que es responsabilidad de la sociedad aprender a manejar adecuadamente la vida útil de las bolsas de plástico, en lugar de culparlas por la contaminación.
El académico destaca que la desaparición de muchas empresas dedicadas a la fabricación de bolsas de plástico es lamentable, ya que la verdadera responsabilidad recae en la falta de conciencia y acción por parte de la sociedad. Según Salazar Vázquez, el problema no es la bolsa de plástico en sí misma, sino la forma en que la desechamos. El aprendizaje sobre la disposición adecuada del PET para su reciclaje contrasta con la falta de conocimiento sobre cómo manejar las bolsas de plástico, lo que ha llevado a la prohibición y a la búsqueda de alternativas como la biodegradación.
El académico advierte sobre los peligros de la biodegradación mediante la tecnología oxodegradable, ya que esta deja micro partículas de plástico que terminan contaminando los océanos y siendo ingeridas por los peces, lo que representa un riesgo para nuestra salud. Sin embargo, destaca que la biodegradación basada en elementos naturales, como los almidones, puede ser una opción viable, ya que acelera el proceso de descomposición de las bolsas de plástico.
En lugar de centrarse en la prohibición o la biodegradación, Salazar Vázquez propone la promoción de la Regla de las Tres Erres: Reducir, Reciclar y Reutilizar. Considera que esta es una solución más efectiva para reducir el impacto ambiental de las bolsas de plástico. Además, resalta la importancia de una adecuada disposición al final de su vida útil, enfatizando que las bolsas de plástico pueden ser recuperadas y recicladas, incluso utilizando el material original para fabricar nuevas bolsas. Además, señala que las bolsas de basura se elaboran principalmente con materiales de reciclaje, en su mayoría posindustriales y no provenientes de basureros.
Para lograr esta visión, Salazar Vázquez sostiene que es necesario que tanto el sector privado como el gobierno trabajen en conjunto. Propone la implementación de medidas que permitan verificar la autenticidad de las bolsas declaradas como biodegradables, así como conocer los materiales utilizados en su fabricación para asegurar su adecuada reutilización, separación, limpieza, compactación y reciclaje.
En conclusión, la bolsa de plástico ha sido satanizada en el debate ambiental.

