La icónica cantante irlandesa Sinéad O’Connor falleció este lunes, año y medio después de la muerte de su hijo Shane, de 17 años, por lo cual la intérprete de ‘Nothing Compares to You’ se internó voluntariamente en ese entonces en un hospital tras expresar mensajes en redes sociales que causaron preocupación por su salud mental.

Sinéad O’Connor tenía 56 años, su familia confirmó la noticia a través de un comunicado citado por The Irish Times: “Con gran tristeza anunciamos el fallecimiento de nuestra querida Sinéad. Su familia y amigos están devastados y han pedido privacidad en este momento tan difícil”.

O’Connor tuvo cuatro hijos: Jake Reynolds, Roisin Waters, Yeshua Francis Neil Bonadio y Shane, cuya desaparición y muerte la afectó al punto de tener pensamientos suicidas de nuevo.

¿De qué murió Sinéad O’Connor?

No se reveló la causa oficial de su muerte. En 2003, Sinéad fue diagnosticada con depresión y trastorno bipolar, además tenía histerectomía radical y agorafobia.

La cantante tuvo dos intentos de suicidio entre 2011 y 2012, además de una sobredosis en 2015. Un año después fue buscada por la policía de Chicago como ‘suicida desparecida’.

La enfermedad mental es como las drogas, no le importa quién eres, y lo que es peor, al estigma no le importa quién eres. No hay absolutamente nadie en mi vida, excepto mi médico, mi psiquiatra. El hombre más dulce en la Tierra, que dice que soy su heroína, y eso es lo único que me mantiene con vida en el momento… y eso es un poco patético. Toda mi vida gira alrededor de no morir, y eso no es vivir”, dijo ella en un video de 2017.

Sinéad vivió situaciones complicadas, desde violencia familiar, sexual, 18 meses en una correccional y problemas de salud mental, le cantaba al amor y a la tristeza, como en su canción ‘Nothing Compares 2 U’, el sencillo número uno en el mundo en 1990, según Billboard Music Awards.

Fue una artista polémica: rompió una fotografía del papa Juan Pablo II en 1992 en un programa en vivo; en 2018 declaró que no quería convivir más con blancos (no musulmanes) tras su conversión a la religión; también boicoteó los Premios Grammy porque no quería “ser parte de un mundo que mide la capacidad artística por el éxito material”.