El imponente Edificio de Rectoría de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), con su majestuosa arquitectura neoclásica, se erige como un testigo silencioso de la historia universitaria, un monumento que ha sido moldeado a lo largo de los años por los cambios sociales, políticos y educativos. Desde su inicio en 1887 bajo la guía del arquitecto José Luis González-Collazo Villanueva, hasta su culminación en 2013 con la edificación del último torreón, este edificio es más que una estructura de piedra y ladrillo; es un símbolo de la Universidad y del Estado de México en sí mismo.

La travesía de la construcción de este icónico edificio es un relato de perseverancia y adaptación. Durante su extenso proceso de más de un siglo, ha sido testigo de cambios históricos y transformaciones educativas. Desde su origen en el Porfiriato hasta las décadas posteriores, el Edificio de Rectoría ha sido un reflejo tangible de la evolución de la institución educativa que representa. Cada piedra colocada y cada renovación realizada han marcado momentos cruciales en la historia de la UAEMéx.

Los torreones que ahora se alzan orgullosos, cada uno con su propio propósito y función, son más que elementos arquitectónicos. Son símbolos de la constante búsqueda de excelencia académica y progreso educativo. El observatorio meteorológico, el Aula Magna y el Salón de Actos, estos espacios no solo han sido lugares de aprendizaje y conocimiento, sino también lugares donde la comunidad universitaria ha encontrado inspiración y conexión con su legado.

La adaptación del edificio a lo largo de los años refleja la flexibilidad y la apertura al cambio de la UAEMéx. Desde la colocación de monumentos a los maestros y líderes históricos hasta la remodelación de espacios para la actividad cultural y artística, cada transformación es una afirmación de la importancia de la educación y la cultura en la formación de una sociedad fuerte y cohesionada.

El Edificio de Rectoría no solo es un tributo a la historia de la universidad, sino también una representación tangible de la comunidad que lo habita. Las renovaciones realizadas a lo largo de los años no solo han transformado su aspecto físico, sino también su funcionalidad, convirtiéndolo en un espacio que se adapta a las necesidades cambiantes de la institución y sus miembros. La construcción del cuarto torreón en el período 2009-2013, con el permiso del Instituto Nacional de Antropología e Historia, fue la culminación de una visión que abarcó casi tres siglos y marcó la finalización del proyecto neoclásico original.

El Edificio de Rectoría, con su esplendor neoclásico y su rica historia, encarna el espíritu y la transformación de la Universidad Autónoma del Estado de México. Es una metáfora viviente de la evolución constante de la institución en respuesta a su entorno y a las demandas cambiantes de la educación. Al igual que la UAEMéx misma, el edificio se erige con orgullo, fortaleza y perseverancia. Cada ladrillo, cada torreón, cada monumento y cada renovación son un recordatorio de que la educación y la historia están en constante construcción.

En última instancia, el Edificio de Rectoría es un símbolo del legado y la visión de la UAEMéx, una institución que ha superado los desafíos del tiempo y ha evolucionado para ser una fuerza impulsora en la educación superior y la sociedad. Esta estructura icónica se alza como un faro de conocimiento y progreso, una constante inspiración para las generaciones presentes y futuras de estudiantes y profesores que caminan por sus pasillos, recordando que la educación es la base de la grandeza y la transformación.