En un gesto que resalta la convergencia entre el arte, la ciencia y la educación, el reconocido artista plástico Enrique Carbajal González, mejor conocido como Sebastián Escultor, ha donado más de una veintena de piezas de pequeño y mediano formato al Patrimonio Cultural de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). La formalización de esta donación tuvo lugar durante la reciente Feria Internacional del Libro estatal (FILEM), donde Sebastián también tuvo el honor de impartir la conferencia magistral titulada «Sembrando: Sebastián, vida y obra».
La donación de estas obras no solo enriquece el patrimonio cultural de la UAEMéx, sino que también brinda una ventana al mundo de un artista cuya trayectoria ha sido moldeada por la intersección entre el arte y las disciplinas científicas. En entrevista, Sebastián compartió que para él, esta donación representa una oportunidad para preservar y promover su arte, al mismo tiempo que forma parte del rico tapiz de la cultura mexicana.
Estas piezas, que abarcan desde sus primeras creaciones entre 1960 y 1973 hasta obras más contemporáneas, ofrecen tanto una retrospectiva de la trayectoria de Sebastián como un vistazo a su estilo como escultor. Según sus propias palabras, estas piezas son «una parte de mi trayectoria, es como una retrospectiva, hay mucho más pero no se podía todo, pero yo creo que dan muy bien la idea de lo que yo he realizado y que son buenas piezas y es un acervo extraordinario». Esta selección permite a los espectadores apreciar la evolución de su trabajo y las transformaciones que ha experimentado a lo largo de los años.
En su conferencia magistral, Sebastián compartió con entusiasmo aspectos de su trayectoria y exhibió algunas de sus primeras esculturas icónicas, que le valieron reconocimiento como un maestro de las obras transformables. Los asistentes no escatimaron en aplausos mientras observaban con asombro obras como los cubos Leonardo4, Kepler4, Tamayano y Cubo Cuántico, entre otras. En este contexto, Sebastián resaltó la importancia que la ciencia y las matemáticas han tenido en el desarrollo de su arte, subrayando cómo estas disciplinas han sido un pilar fundamental en la materialización de su creatividad.
La relación de Sebastián con la UAEMéx no es nueva. Hace una década, la institución le otorgó el Doctorado Honoris Causa como un reconocimiento a su profundo impacto cultural, su quehacer artístico y sus investigaciones en el campo del arte. Este honor no solo destaca su contribución individual, sino también su capacidad para fusionar la ciencia y el arte de manera magistral.
Desde sus inicios en los años 60, Sebastián ha establecido un lenguaje escultórico distintivo que se nutre de disciplinas científicas como las matemáticas y la geometría. Estos fundamentos le han permitido explorar tendencias artísticas diversas, como el cientificismo, el minimalismo, el op-art y el pop art, entre otros. Sus creaciones, especialmente sus estructuras transformables como Leonardo4, Durero4 y Brancusi4, son ejemplos notables de cómo ha llevado modelos matemáticos a la esfera tridimensional.
La producción artística de Sebastián es asombrosamente diversa, abarcando desde esculturas monumentales urbanas hasta diseño arquitectónico, pintura, objetos de diseño, mobiliario, arte público, joyería, vestuario teatral y espectáculos multimedia. Su impacto en el mundo del arte se ha visto recompensado con numerosos premios y reconocimientos, incluida su elección como miembro de la Academia de las Artes en La Haya en 1983. Además, ha llevado sus obras a los museos más prestigiosos de México, como el Museo de Arte Moderno, el Museo del Palacio de las Bellas Artes, el Museo Tamayo y el Museo de Ciencias y Artes de la Universidad Nacional Autónoma de México, entre otros.
La donación de sus obras a la UAEMéx es un tributo a la visión de Sebastián, donde la convergencia entre el arte, la ciencia y la educación se fusiona para enaltecer la humanidad. Es un recordatorio de cómo estas disciplinas, cuando se integran armoniosamente, pueden contribuir al enriquecimiento cultural y al crecimiento espiritual de la sociedad. El legado artístico de Sebastián continuará inspirando a las futuras generaciones y sirviendo como un ejemplo de cómo la pasión, la creatividad y el conocimiento pueden converger en obras atemporales.

