En los últimos años, hemos sido testigos de un cambio demográfico significativo en nuestra sociedad: el envejecimiento de la población. Este fenómeno plantea desafíos únicos en términos de salud, bienestar y participación social. El envejecimiento no se trata simplemente de un proceso biológico; es una interacción multidimensional entre factores físicos, psicológicos, sociales y ambientales. En este contexto, los gerontólogos desempeñan un papel crucial. La profesora e investigadora Enid Asvany Guzmán Caballero, de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), subraya la importancia de estos profesionales y destaca su papel en la atención integral de las personas mayores.
El Día del Gerontólogo, celebrado cada 1 de septiembre, es un recordatorio oportuno de la relevancia de contar con profesionales capacitados para abordar las necesidades específicas de la población envejecida. Cada persona envejece de manera única, con experiencias, necesidades y aspiraciones distintas. Los gerontólogos, con su formación especializada, están preparados para evaluar y tratar de manera holística a los adultos mayores, teniendo en cuenta sus aspectos médicos, emocionales y sociales. Esta atención centrada en la persona fomenta la dignidad y el respeto, dos elementos cruciales en el envejecimiento con calidad de vida. Uno de los roles esenciales de los gerontólogos es el desarrollo de planes de cuidado y atención personalizados que se adapten a las circunstancias y deseos individuales de los adultos mayores.
En este sentido, Enid Asvany Guzmán Caballero enfatiza que «su trabajo abarca desde la promoción de la salud hasta la gestión de programas y servicios que respondan a las necesidades cambiantes de esta población, lo que tiene un impacto significativo en la reducción de los costos de atención médica a largo plazo». Esto es crucial en un momento en que el sistema de salud enfrenta desafíos económicos y logísticos para brindar atención de calidad a una población envejecida en crecimiento.
Además de su papel en la atención individualizada, los gerontólogos también desempeñan un papel activo en la promoción del envejecimiento saludable y activo. Fomentan la participación en actividades físicas, intelectuales, sociales, productivas y recreativas que mantienen a las personas mayores física y mentalmente activas.
Esto no solo mejora su bienestar individual, sino que también enriquece a la comunidad en su conjunto al aprovechar la experiencia y la sabiduría acumulada por generaciones.
No debemos pasar por alto el papel crucial que desempeñan los gerontólogos en la formulación de políticas sociales y de salud dirigidas a la población adulta mayor. Su experiencia y conocimiento en temas relacionados con el envejecimiento los convierten en asesores valiosos para la creación de programas y servicios que satisfagan las necesidades cambiantes de esta población. En un mundo en constante evolución, es esencial contar con expertos que puedan anticipar y abordar los desafíos que enfrenta la población envejecida.

