En el corazón de México, una nación rica en cultura y tradiciones, la dieta de sus habitantes ha experimentado una transformación radical a lo largo de los años. Desde los días prehispánicos, donde predominaban alimentos como el chile, el frijol, la calabaza y el maíz, hasta la actualidad, donde los productos procesados cargados de carbohidratos y grasas saturadas se han convertido en una norma, el paisaje nutricional mexicano ha cambiado de manera drástica. Este cambio ha dado lugar a una creciente epidemia de enfermedades metabólicas, especialmente entre la población adulta mayor, lo que exige una reflexión profunda sobre nuestros hábitos alimenticios y la necesidad de revitalizar la «dieta de la milpa» como una opción saludable y sostenible.
Juana Ivette Ramírez Villalobos, una licenciada en Enfermería especializada en Cuidados Intensivos, con un posgrado en Administración Gerontológica y una maestría en Sociología de la Salud, ha arrojado luz sobre este preocupante fenómeno en su artículo titulado «Síndrome Metabólico en Adultos Mayores y Dieta de la Milpa», publicado en la revista Universitaria. En su análisis, Ramírez Villalobos explica cómo el síndrome metabólico ha infligido un impacto significativo en la salud de los adultos mayores en México, dando lugar a una creciente carga en los servicios de salud pública debido a condiciones como la hipertensión y la diabetes.
Uno de los principales factores de riesgo identificados por Ramírez Villalobos es el alto consumo de productos procesados, una tendencia alimentaria que se ha arraigado en la sociedad mexicana debido, en gran medida, a la falta de información nutricional. El fácil acceso a alimentos ricos en carbohidratos refinados y grasas saturadas ha llevado a un aumento alarmante en las tasas de obesidad y enfermedades crónicas relacionadas, desafiando la calidad de vida de la población y poniendo en riesgo la sostenibilidad de los sistemas de atención médica.
Ante este sombrío panorama, Ramírez Villalobos propone un enfoque revitalizado en la «dieta de la milpa», una antigua tradición culinaria que se centra en el consumo de los llamados «cuatro fantásticos» – frijol, chile, calabaza y maíz – junto con hortalizas, frutas y hierbas locales. Esta dieta ancestral, además de ser rica en nutrientes, ofrece ventajas significativas desde una perspectiva ambiental y económica. Promover el consumo de estos alimentos no solo fortalecería la salud de la población, sino que también contribuiría a reducir el impacto ambiental de la agricultura industrial y apoyaría a los productores locales.
Uno de los beneficios más destacados de la dieta de la milpa es su capacidad para ayudar en el control de factores de riesgo clave en el síndrome metabólico, como el colesterol, los triglicéridos, la glucosa y la presión arterial. Al adoptar una alimentación basada en estos alimentos tradicionales, los adultos mayores pueden experimentar un envejecimiento más saludable y activo, reduciendo así la carga de enfermedades metabólicas y sus complicaciones asociadas.
La propuesta de Ramírez Villalobos no solo es un llamado a la acción individual, sino también un llamado a la acción gubernamental y de políticas públicas. Para garantizar un envejecimiento saludable en México, es imperativo que se implementen programas y políticas que promuevan la adopción de la dieta de la milpa y eduquen a la población sobre los beneficios de esta tradición alimentaria. Además, se deben abordar las barreras económicas y estructurales que actualmente limitan el acceso a alimentos frescos y locales.
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