La menstruación es un tema que ha sido relegado al ámbito de lo privado y a menudo se menciona de manera superficial. Sin embargo, es un proceso que va mucho más allá de los cinco días de sangrado que comúnmente se asocian con él. En una charla en el Plantel «Ignacio Ramírez Calzada» de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Alejandra López Carvajal, escritora, activista menstrual y co-creadora de la colectiva Rojo Libre, resaltó la importancia de hablar sobre la menstruación y desmitificarla.

López Carvajal no solo destacó la relevancia de comprender el ciclo menstrual en su totalidad, sino también cómo este afecta el cuerpo, la salud mental y el día a día de las mujeres y personas menstruantes. El ciclo menstrual se compone de cuatro fases: la menstrual, la folicular, la ovulatoria y la lútea. Cada una de estas fases tiene un impacto en los niveles hormonales, lo que puede dar lugar a cambios de humor, alteraciones en el rendimiento energético y variaciones en el apetito.

El conocimiento del funcionamiento del ciclo menstrual es esencial para que las mujeres y personas con capacidad de gestar sean más compasivas consigo mismas. A pesar de la información disponible, la menstruación sigue siendo en gran medida invisible en la sociedad. López Carvajal señala que es fundamental reconocer que la menstruación puede no ser solo un asunto de dolor abdominal, sino también un indicativo de condiciones médicas graves que merecen atención.

Uno de los aspectos destacados por la activista menstrual es la existencia de trastornos menstruales, que van más allá de los molestos cólicos. Entre ellos se encuentran la endometriosis, el ovario poliquístico y el trastorno disfórico premenstrual, que pueden tener consecuencias graves como la infertilidad, la depresión, la desesperanza y el aislamiento social. La falta de comprensión y apoyo en torno a estos trastornos puede tener un impacto significativo en la calidad de vida de quienes los padecen.

Un punto crucial que López Carvajal resalta es que cada cuerpo es diferente, y por tanto, es fundamental tener acceso a información sobre productos menstruales. No existe un producto universalmente mejor, ya que su elección depende de factores sociales, demográficos, económicos y de accesibilidad a recursos como el agua y productos de limpieza. La pobreza menstrual es una realidad que enfrentan muchas mujeres y personas menstruantes, quienes a menudo sacrifican necesidades básicas como la alimentación para poder adquirir productos de higiene menstrual.

La falta de acceso a productos menstruales adecuados puede tener consecuencias graves, como infecciones y enfermedades debido a la falta de higiene. Según la Primera Encuesta Nacional sobre Gestión Menstrual, un 30% de las encuestadas dejó de asistir a la escuela mientras menstruaba debido a la falta de productos de higiene y a la falta de condiciones adecuadas en los sanitarios escolares. Esto representa un obstáculo para el derecho a la educación de niñas y adolescentes.

López Carvajal también señala que la falta de condiciones sanitarias adecuadas afecta a grupos vulnerables, como las personas discapacitadas, no binarias y hombres transgénero, quienes a menudo no pueden ejercer su derecho a una menstruación digna debido a la falta de acceso a instalaciones adecuadas y productos menstruales adaptados a sus necesidades.

En última instancia, Alejandra López Carvajal hace un llamado a la acción. Invita a los universitarios y a la sociedad en general a difundir información verificada sobre la menstruación y a hablar de ella de manera abierta y sincera, reconociéndola como un proceso natural que afecta a muchas personas. También insta a apoyar a las colectivas y organizaciones dedicadas a abordar estas cuestiones y trabajar juntos para eliminar la invisibilidad y los obstáculos que rodean a la menstruación.

Fue acompañada de la directora general de Comunicación Universitaria, Ginarely Valencia Alcántara; la directora del Plantel, María del Rocío García de León Pastrana; el subdirector académico, Joel Isac Ortiz Murillo, y la alumna Valeria Hernández Fuentes.