La pandemia de COVID-19 ha dejado secuelas profundas en diversos aspectos de la vida cotidiana, y la educación no ha sido la excepción. En su artículo “Ser docente: retos actuales”, Virginia Flores Pérez y Esteban Jaime Camacho Ruiz, del Centro Universitario UAEM Ecatepec, presentan una conversación esclarecedora con Janet Márquez Barrera, maestra de Educación Especial, quien ofrece una perspectiva crítica sobre el estado actual de la educación básica en México. Publicado en la revista Universitaria, este análisis revela un panorama complejo y lleno de retos que demanda una reestructuración profunda y estrategias innovadoras.

Janet Márquez Barrera pone de relieve un problema alarmante: la pandemia ha acentuado el rezago en el aprendizaje de los estudiantes de educación básica. Esta situación es especialmente crítica en áreas fundamentales como la lectura y la escritura. Márquez Barrera comenta que muchos alumnos no poseen las competencias básicas en estas áreas, lo que impide su progreso académico y afecta su autoestima y motivación.

El contexto difícil en el que operan las escuelas se agrava por varios factores socioeconómicos. Algunos estudiantes no asisten a clases con regularidad debido a la necesidad de trabajar para apoyar a sus familias. Otros enfrentan barreras económicas que impiden a sus padres cubrir los gastos escolares básicos. Esta realidad crea una brecha cada vez mayor entre los estudiantes, exacerbando las desigualdades preexistentes.

Uno de los principales desafíos identificados es la necesidad de ofrecer una educación inclusiva que reconozca y valore la diversidad. En este sentido, el papel del profesorado de las Unidades de Servicios de Apoyo a la Educación Regular (USAER) es crucial. Estos profesionales deben ser integrados de manera efectiva en las estrategias educativas diversificadas. La colaboración entre el personal docente de USAER y los maestros de aula regular es esencial para realizar planificaciones curriculares inclusivas y fortalecer el trabajo en equipo.

Flores Pérez y Camacho Ruiz subrayan la importancia de la profesionalización continua de los docentes. La educación es un campo en constante evolución que requiere que los maestros se mantengan actualizados y preparados para enfrentar nuevos desafíos. La capacitación constante no solo mejora las habilidades pedagógicas, sino que también ayuda a los docentes a crear un ambiente de confianza y respeto mutuo con sus alumnos.

Otro aspecto crucial es evitar etiquetar a los estudiantes. Es fundamental considerar los diagnósticos clínicos sin subestimar las capacidades individuales de cada estudiante. Fortalecer la autoestima de los alumnos es vital para su desarrollo personal y académico. Un enfoque sensible y personalizado puede hacer una gran diferencia en la vida de los estudiantes, especialmente aquellos con necesidades educativas especiales.

La conversación con Márquez Barrera también destaca la necesidad de un enfoque multidimensional para abordar estos desafíos. No se trata solo de cambios pedagógicos, sino también de políticas públicas que apoyen a las familias y brinden recursos adecuados a las escuelas. La comunidad educativa debe trabajar unida para superar las barreras y ofrecer a todos los estudiantes las oportunidades que merecen.

La propuesta presentada por Flores Pérez y Camacho Ruiz es un llamado a la acción. Invitan a los lectores a explorar más a fondo este análisis y sus recomendaciones en la revista Universitaria, accesible a través del enlace: Leer artículo completo. La reflexión y el diálogo sobre estos temas son el primer paso para implementar cambios significativos que mejoren la educación en un mundo post-pandemia.