Sentado en el asiento del conductor del Potrobús, Mauro Cisneros Romero, de 63 años, luchaba por contener las lágrimas mientras recordaba sus 35 años de servicio en el Centro Universitario Atlacomulco de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx). Su jubilación, una decisión difícil tomada por motivos de salud y seguridad, marca el final de una era para esta institución educativa.

Una decisión difícil pero necesaria

“Me da tristeza dejar mi trabajo. Me gusta mucho el ambiente universitario, pero tomé la decisión de jubilarme por motivos de salud y, sobre todo, por la seguridad de las personas que transporto, de los alumnos, de mis compañeros. Voy a extrañar mucho mi trabajo”, afirmó Mauro, conmovido. A lo largo de su carrera, ha sido un pilar en la vida diaria de muchos estudiantes y empleados, proporcionando un servicio de transporte seguro y confiable.

Mauro comenzó su carrera en la UAEMéx en 1989, después de enterarse de una vacante para operador de transporte. “Supe que había trabajo en la Universidad, así que solicité mi ingreso, hice mi examen de manejo, lo pasé y me dieron la plaza”, recordó. Anteriormente, había trabajado como conductor de tráiler para Teléfonos de México, un trabajo que, aunque bien remunerado, le impedía pasar tiempo con su familia. La oportunidad en la UAEMéx le permitió equilibrar su vida laboral y familiar.

35 años de dedicación y servicio

Durante más de tres décadas, Mauro transportó a estudiantes y personal universitario no solo dentro del campus y a la ciudad de Atlacomulco, sino también a diversos estados de la República Mexicana. “Siempre, en un ambiente de armonía, de respeto con los estudiantes y mis compañeros”, destacó. Su dedicación y buen trato no pasaron desapercibidos, ganándose el aprecio y respeto de toda la comunidad universitaria.

“Soy usuaria del Potrobús y Don Mau es muy agradable y alegre, pero siempre tiene hacia nosotros un trato muy respetuoso. Su pasión por el trabajo inspira”, comentó Sara Plata León, alumna del sexto semestre de la Licenciatura en Contaduría del Centro Universitario UAEM Atlacomulco.

Claudia Saldívar Caballero, responsable de Bienes Patrimoniales del campus, también elogió a Mauro, destacando su responsabilidad y calidad humana. “Conozco perfectamente a Mauro. Luego de 30 años de trabajar con él, puedo asegurar que es una persona muy responsable, un gran ser humano y un excelente padre”, afirmó.

El legado de Mauro y el futuro que le espera

Mauro enfrentó serios problemas de salud en los últimos años, lo que hizo que la decisión de jubilarse fuera aún más difícil. “Le costó mucho trabajo tomar la decisión de jubilarse y todavía no lo asimila. Estuvo muy enfermo y fue difícil para todos. En todo momento le dábamos ánimos. Cuando regresó y le dieron el camión volvió a la vida, agarró fuerzas nuevamente”, recordó Claudia Saldívar.

Ahora, con su jubilación oficialmente anunciada, sus compañeros y estudiantes le desean lo mejor en su nueva etapa de vida. “Ahora todos sus compañeros le recomendamos que disfrute a su familia. Dio mucho por el Centro Universitario UAEM Atlacomulco y nunca dijo que no al trabajo, así que lo vamos a extrañar”, añadió Claudia.

Mauro, con gratitud y nostalgia, expresó su agradecimiento a la UAEMéx por la oportunidad de trabajar y crecer dentro de la institución. “Me da mucha tristeza jubilarme, dejar mi universidad, con la que estoy sumamente agradecido. No tengo palabras para agradecerle. Me duele mucho, pero ahora es mejor ir a descansar con mi familia”, concluyó.

El retiro de Mauro marca el fin de una era para el Centro Universitario Atlacomulco de la UAEMéx. Su dedicación y amabilidad han dejado una huella imborrable en la comunidad universitaria, y su ausencia será profundamente sentida. Mientras se despide de su querido Potrobús, Mauro se prepara para una nueva etapa en su vida, rodeado del cariño y respeto de quienes tuvieron la suerte de conocerlo y trabajar con él.