Mónica Guadalupe González Yñigo, investigadora de la Facultad de Planeación Urbana y Regional de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), se ha dedicado a estudiar el megaproyecto del Tren Interurbano México-Toluca, conocido como “El Insurgente”, y la especulación inmobiliaria que ha surgido a su alrededor. Este proyecto de infraestructura se presenta como un punto crucial para el desarrollo del Estado de México, con profundas implicaciones económicas, sociales y ambientales.
“El Insurgente” es uno de los medios de transporte más importantes construidos en el Estado de México. Su objetivo principal es conectar de manera eficiente el Valle de México con Toluca, lo que ha despertado el interés de González Yñigo en conocer los cambios y dinámicas que esta construcción ha traído consigo en la entidad mexiquense.
En su análisis, González Yñigo ha identificado que el Tren Interurbano es una pieza central para promover una movilidad intermodal, que a su vez detona el crecimiento urbano en las áreas circundantes. Municipios como San Mateo Atenco y Metepec han experimentado modificaciones significativas en su ordenamiento territorial debido a la presencia del tren. Estos cambios no solo transforman el paisaje urbano, sino que también impulsan la formación de nuevas actividades económicas.
Un ejemplo claro de estas transformaciones se encuentra en la estación Toluca Centro, situada en la avenida Pino Suárez. En esta zona, se ha observado un notable desarrollo de negocios locales, que incluyen tiendas de autopartes y artículos de conveniencia. Además, se ha registrado un aumento en los precios de renta inmobiliaria, lo que refleja el efecto dominó que megaproyectos de esta magnitud pueden tener en la economía local.
A pesar de los beneficios que trae el Tren Interurbano en términos de comunicación y transporte, González Yñigo destaca la importancia de evaluar y mitigar los impactos ambientales y en el uso del suelo. La investigadora subraya la necesidad de utilizar indicadores de sustentabilidad, como corredores urbanos y ciclopistas, para fomentar un desarrollo equilibrado. “Un punto importante aquí es que debemos entender que la parte ambiental debemos verla desde los recursos, pero también desde una vinculación social, por lo cual debemos apostar por un cuidado medioambiental que involucre a la sociedad que tiene alrededor”, comenta González Yñigo.
El compromiso de la investigadora con el urbanismo y el medio ambiente ha sido reconocido en varias ocasiones. En 2020, recibió una mención especial en el Premio Nacional de Vivienda, convocado por la Comisión Nacional de Vivienda (CONAVI) de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU), por su investigación sobre vivienda sustentable. Según González Yñigo, la vivienda sustentable es “una herramienta que busca mejorar la calidad de vida, cuidando cuestiones económicas, sociales y, por supuesto, ambientales”.
Finalmente, Mónica González hace un llamado a las futuras universitarias a interesarse en el campo de los estudios territoriales. Aunque hay una creciente participación de mujeres en esta área, los principales exponentes siguen siendo hombres. “Nosotras también tenemos cabida en los estudios territoriales. Me gustaría mucho demostrarles que es un tema que todos y todas deberíamos abordar, porque el territorio es donde se desarrollan todas las actividades”, concluye la investigadora.
La labor de González Yñigo no solo ilumina los múltiples efectos del Tren Interurbano México-Toluca en el desarrollo urbano y la especulación inmobiliaria, sino que también pone de relieve la importancia de un enfoque sustentable y socialmente inclusivo en la planificación urbana. Su trabajo es un testimonio del impacto que una investigación comprometida y bien fundamentada puede tener en el diseño de políticas públicas y en la mejora de la calidad de vida de las comunidades.
El Tren Interurbano México-Toluca “El Insurgente” no solo se erige como un proyecto de infraestructura vital para la región, sino también como un catalizador de cambio y desarrollo urbano. Gracias a estudios como los de Mónica Guadalupe González Yñigo, se pueden identificar y abordar los desafíos y oportunidades que estos megaproyectos traen consigo, promoviendo un desarrollo más equilibrado y sostenible para el Estado de México.

