El Centro Universitario Tenancingo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) se convierte en el epicentro de la cultura y la biodiversidad con la realización del Segundo Festival de las Tigridias, una festividad que busca destacar la riqueza de la tigridia, conocida también como la flor de un día o flor de tigre. Este evento, que se llevará a cabo hasta el domingo 8 de septiembre, no solo ofrece a la comunidad universitaria y al público en general la oportunidad de conocer más sobre esta valiosa especie, sino también disfrutar de una amplia gama de actividades académicas y culturales.

El festival, que surge como una evolución de la tradicional Semana de las Tigridias, se ha convertido en un espacio para la reflexión, el aprendizaje y el disfrute. Durante la inauguración del evento, Luis Raúl Ortiz Ramírez, director de Centros Universitarios y Unidades Académicas Profesionales Región A y Encargado del Despacho de la Región B, destacó en representación del rector de la UAEMéx, Carlos Eduardo Barrera Díaz, la importancia de este tipo de actividades para la preservación de la biodiversidad y el fortalecimiento del conocimiento en la comunidad universitaria.

Uno de los momentos más emotivos de la inauguración fue el reconocimiento a la trayectoria y vocación del catedrático e investigador universitario Luis Miguel Vázquez García, quien ha dedicado su vida a la conservación de la tigridia. Vázquez García ha sido un pilar fundamental en la organización de la Semana de las Tigridias durante 12 ediciones anuales, lo que permitió la evolución de esta actividad hacia el actual festival.

En su intervención, Vázquez García resaltó la importancia de preservar esta especie que, a nivel nacional, cuenta con 44 especies registradas. Desde 2008, la UAEMéx, a través del Centro de Conservación de Especies Silvestres del campus de Tenancingo, ha sido clave en la conservación ex situ de la tigridia, garantizando la protección de diferentes variedades de esta flor. Su compromiso con la conservación de la biodiversidad ha sido reconocido no solo por la comunidad universitaria, sino también por instituciones externas como el Servicio Nacional de Inspección y Certificación de Semillas (SNICS).

El Segundo Festival de las Tigridias no solo es una celebración de la biodiversidad, sino también un espacio de encuentro cultural y académico. El programa de actividades comprende una variada oferta que incluye presentaciones de libros, exposiciones, conferencias y talleres enfocados en la tigridia y su relevancia tanto en el ámbito científico como cultural.

Entre las actividades más destacadas se encuentran las presentaciones artísticas, que ofrecen un espacio para que los asistentes disfruten de la música y las artes visuales, todo ello en un entorno natural único, como lo son las terrazas del Centro de Conservación de Especies Silvestres. Además, la venta de productos locales añade un componente de apoyo a la economía de la región, fomentando el consumo de productos elaborados por manos mexiquenses.

El festival también es un ejemplo de colaboración entre diferentes actores sociales. Durante la inauguración, se contó con la presencia de la directora del Centro Universitario UAEM Tenancingo, Luz María Robles Hernández, así como representantes del ayuntamiento de Tenancingo, quienes subrayaron la importancia de eventos como este para fortalecer los lazos entre la universidad y la comunidad.

La colaboración con el SNICS también destaca la relevancia de la certificación y conservación de semillas, asegurando la protección de la biodiversidad y el aprovechamiento sostenible de los recursos naturales.

El Segundo Festival de las Tigridias es una muestra del compromiso de la UAEMéx con la conservación del medio ambiente y la promoción de la cultura. A través de actividades como esta, la universidad reafirma su papel como un actor clave en la preservación de la biodiversidad y en la difusión del conocimiento.

El trabajo de Luis Miguel Vázquez García y su equipo, así como el apoyo de las autoridades universitarias y municipales, asegura que la tigridia siga siendo un símbolo de la riqueza natural de México, mientras se fortalece el vínculo entre la ciencia, la cultura y la sociedad. Este festival no solo es una celebración, sino un recordatorio de la importancia de proteger y valorar nuestras especies nativas, y de cómo la unión de esfuerzos puede generar un impacto positivo en la comunidad y en el medio ambiente.