Con la firme convicción de visibilizar el valor del agua como un elemento fundamental para la cohesión social y cultural, Acela Montes de Oca Hernández, investigadora del Centro de Investigación en Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), ha dedicado más de una década al estudio de los humedales artificiales en México. Estos ecosistemas, lejos de ser meros cuerpos de agua, representan una conexión profunda entre las comunidades locales y su entorno natural.

“El agua es un factor de cohesión social y cultural que debe ser integrado dentro de los planes de gestión, porque es el primer acercamiento que tenemos los seres humanos con la vida, con el ecosistema”, afirmó Montes de Oca Hernández, quien es también integrante de la Red de Investigadores del Agua.

En su investigación, la académica ha identificado cerca de 500 humedales antrópicos distribuidos en comunidades indígenas Otomí y Mazahua de Querétaro, Hidalgo, Puebla, San Luis Potosí y el Estado de México. Estos sistemas de captación de agua, creados artificialmente, son esenciales durante la época de estiaje, cuando la disponibilidad del recurso hídrico disminuye.

Además de su relevancia ecológica, los humedales antrópicos poseen un profundo valor cultural. “Estos sistemas son un conocimiento precolonial que ha permitido a las comunidades conservar especies en peligro de extinción, como el ajolote de piel fina, además de ser refugio de aves migratorias”, explicó Montes de Oca Hernández.

Asimismo, su impacto económico no es menor: algunas comunidades han integrado actividades turísticas y de pesca en torno a estos cuerpos de agua, lo que se traduce en beneficios económicos para sus habitantes. La gestión de los humedales, sin embargo, sigue siendo mayormente liderada por hombres, mediante el trabajo comunitario.

El estudio contó con el apoyo de especialistas de diversas disciplinas, incluyendo académicos de las facultades de Geografía, Humanidades y Ciencias Agrícolas, así como del Instituto de Ciencias Agropecuarias y Rurales de la UAEMéx, entre otras instituciones.

A pesar de su valor, los humedales enfrentan múltiples desafíos. Entre los principales, se destaca la falta de interés de las nuevas generaciones hacia su cuidado, lo que pone en riesgo la sostenibilidad de estos ecosistemas. Adicionalmente, la contaminación y el desconocimiento sobre su función ecológica y cultural afectan su conservación.

“No se cumple con los requerimientos de la Ley Nacional de Aguas sobre descargas domésticas, lo que agrava la situación de estos sistemas”, subrayó la investigadora.

Desde el inicio de su proyecto en 2012, Montes de Oca Hernández y su equipo han trabajado en la rehabilitación de los humedales mediante la siembra de plantas desérticas y arbustos. Estas acciones buscan evitar la pérdida de estos ecosistemas, ya que su desaparición provocaría problemas como la escasez hídrica, lo que llevaría a nuevas perforaciones al subsuelo, una práctica ecológicamente insostenible.

Finalmente, la académica hizo un llamado a las jóvenes científicas para que se sumen a la labor de investigación y trabajo de campo. “Las comunidades también requieren de la ciencia. Hacen falta muchos investigadores, somos muy pocos. Estaremos orgullosos de tenerlas aquí y de que se sumen al trabajo”, concluyó.

Este estudio no solo visibiliza la importancia de los humedales como sistemas ecológicos y culturales, sino que también evidencia la necesidad de integrar el conocimiento ancestral y la ciencia contemporánea para garantizar la sostenibilidad de los recursos naturales en México.