Con una visión centrada en la sostenibilidad y la innovación, Rosa María Gómez Espinosa, investigadora del Centro Conjunto de Investigación en Química Sustentable UAEMéx-UNAM (CCIQS), lidera un proyecto que promete ser un parteaguas en el tratamiento del agua contaminada. En colaboración con estudiantes del CCIQS, ha diseñado materiales orgánicos sustentables con propiedades bactericidas, bajo los principios de la Química Verde y alineados con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

El proyecto se basa en el uso de puntos cuánticos de carbono (CDs), partículas que destacan por su capacidad de emitir fluorescencia y que, al ser inmovilizadas en una matriz polimérica orgánica, pueden actuar como filtros eficaces para la remoción de cationes metálicos y la eliminación de bacterias en el agua. Este enfoque combina innovación científica con responsabilidad ambiental, ofreciendo una solución efectiva y respetuosa con el entorno.

“Los puntos cuánticos de carbono funcionan como sensores químicos que detectan y eliminan metales contaminantes en el agua. Hemos demostrado su eficacia mediante procesos de síntesis hidrotermal y fotoquímico, con casos de éxito en la eliminación de iones metálicos como arsénico y fluoruro, siendo este último un problema grave en regiones del norte de México”, explicó Gómez Espinosa.

La investigadora destacó que los materiales desarrollados han sido evaluados en laboratorio, confirmándose su capacidad para degradarse sin generar contaminación al final de su vida útil. Además, los métodos de síntesis utilizados son amigables con el ambiente y ya han sido aplicados en agua contaminada real, eliminando la necesidad de matrices sintéticas y optando por matrices orgánicas. Este avance representa una solución sustentable para el problema de la contaminación hídrica.

Este proyecto da continuidad al trabajo que Gómez Espinosa realizó en 2017, cuando obtuvo una patente por un proceso de purificación de aguas residuales que empleaba nanopartículas de plata. Ahora, su objetivo es registrar una nueva patente enfocada en el uso de puntos cuánticos de carbono y biopolímeros, los cuales replican la función bactericida de las nanopartículas pero con un enfoque más sustentable.

“Comenzamos estudios de microbiología para comprobar que los puntos cuánticos tienen propiedades bactericidas similares a las nanopartículas. Nuestra hipótesis fue confirmada, abriendo nuevas posibilidades para su aplicación en el tratamiento de agua”, detalló.

Gómez Espinosa compartió las dificultades y satisfacciones de ser mujer en el ámbito científico, especialmente al equilibrar múltiples roles como madre, esposa, profesora e investigadora. “Es un reto constante hacer bien las cosas en cada aspecto, especialmente en la investigación, donde el trabajo debe ser novedoso y valioso”, señaló.

Asimismo, ofreció un mensaje inspirador para las futuras generaciones de científicas: “Luchen por sus sueños. La constancia es clave para el éxito. Además, es importante ser respetuosas con las demás para recibir respeto. Este no es un mundo de hombres; debemos cuidar nuestra postura y darnos nuestro lugar.”

El desarrollo de estos materiales representa un avance significativo en la búsqueda de soluciones para la crisis del agua, un problema global que exige innovación y compromiso. La labor de Gómez Espinosa y su equipo es un ejemplo de cómo la ciencia puede contribuir a un mundo más sostenible y equitativo, dejando un legado de inspiración para nuevas generaciones de investigadores.