La Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) alberga una de las colecciones biológicas más importantes del país dentro de su Laboratorio de Sistemas Bioustentables. Este espacio, resultado de más de 35 años de recolección de muestras de seres vivos, resguarda una invaluable colección de artrópodos y no artrópodos, cuya conservación permite la realización de estudios en diversas áreas del conocimiento.

Estas colecciones son esenciales para la investigación científica, ya que facilitan el desarrollo de proyectos sin la necesidad de salir al campo. Universidades nacionales e internacionales han aprovechado estos ejemplares para estudios en disciplinas como la medicina, la tecnología, la agronomía y otras ramas de la biología. Gracias a esta labor, se han generado conocimientos fundamentales para el entendimiento de diversas especies y sus aplicaciones en distintos ámbitos.

La profesora de tiempo completo de la Facultad de Ciencias, Petra Sánchez Nava, es la responsable de la colección de no artrópodos, la cual cuenta con más de mil 800 ejemplares. En esta categoría se encuentran moluscos, esponjas, pulpos, estrellas de mar, anémonas, corales y esporas, los cuales son preservados en frascos con alcohol diluido en agua. Su conservación exige un estricto control de temperatura ambiente, evitando la exposición a la luz solar y la humedad para garantizar su perdurabilidad.

Sánchez Nava subraya que, a pesar de los avances logrados, aún queda mucho por investigar. «Falta mucho por hacer. Aún faltan investigaciones por desarrollar que pueden basarse en estas muestras para explorar estudios genéticos, moleculares o de nanopartículas, sin salir a campo», señaló la investigadora, destacando el enorme potencial de esta colección para futuras investigaciones.

Por otro lado, la colección de artrópodos está a cargo del profesor de asignatura de la Facultad de Agronomía, Marco Antonio Desales Lara. Este acervo cuenta con alrededor de 10 mil insectos y seis mil arácnidos, entre los que destacan especies de escarabajos, hormigas, libélulas, mariposas y ciempiés, muchas de ellas propias del Estado de México.

El trabajo con estas especies requiere paciencia y dedicación. «Esta labor implica paciencia y pasión por la vida; es cuidar cada muestra para que no solamente sea estudiada por nosotros, sino para futuros investigadores y vistos por el público en general», coincidieron Sánchez Nava y Desales Lara.

A pesar de las satisfacciones personales y profesionales que brinda la conservación de estas colecciones, los investigadores enfrentan múltiples retos. Desde el delicado proceso de preservación de los ejemplares hasta los obstáculos que surgen en campo, como condiciones climáticas adversas, permisos de colecta que pueden retrasar las investigaciones e incluso problemas sociales que dificultan el acceso a ciertas regiones.

Asimismo, el mantenimiento de cada muestra es fundamental para su longevidad en el laboratorio, lo que demanda una inversión constante en insumos y técnicas adecuadas de preservación.

El Laboratorio de Sistemas Bioustentables de la UAEMéx no solo es un espacio de resguardo, sino una fuente de conocimiento para futuras generaciones. La dedicación de los investigadores y el compromiso de la institución con la ciencia permiten que estas colecciones sigan siendo una referencia esencial para estudios científicos de alto impacto. Con ello, la universidad reafirma su papel como un actor clave en la generación de conocimiento y la preservación de la biodiversidad.