La crisis migratoria en México sigue agravándose, mientras el gobierno de Morena enfrenta críticas por su falta de capacidad y sensibilidad para atender la situación. La Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (COMAR) se encuentra al borde del colapso debido a la reducción presupuestaria, lo que ha generado largas esperas y una creciente incertidumbre para miles de personas que buscan refugio en el país.
El desmantelamiento de las instituciones encargadas de atender a la población migrante ha provocado un aumento en las deportaciones y en el número de migrantes varados en diversas zonas del país. A pesar de ello, el gobierno insiste en que la situación está bajo control, con discursos optimistas que contrastan con la realidad en las estaciones migratorias y albergues, donde la falta de recursos y personal ha complicado la atención a quienes buscan asilo.
Desde la oposición, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) ha denunciado lo que califica como una «negligencia» por parte del gobierno federal. En un mensaje difundido en redes sociales, el PRI acusó al oficialismo de recortar presupuesto en lugar de fortalecer la red de apoyo para los migrantes, lo que ha llevado a una situación crítica para miles de personas. «Eso no es austeridad, es negligencia», señaló el partido.
El PRI también exigió una ampliación del presupuesto para fortalecer la red consular y garantizar apoyo a los migrantes mexicanos en el exterior, señalando que el país necesita soluciones concretas y no discursos vacíos. Además, instó a Morena y a su mayoría legislativa a asumir su responsabilidad y trabajar en estrategias eficaces para abordar la crisis migratoria.
El problema se agrava a medida que las cifras de solicitudes de refugio aumentan de manera exponencial. Según datos de la COMAR, México ha recibido un número récord de solicitudes en los últimos años, pero la falta de recursos ha ralentizado la atención de estos casos, dejando a miles de personas en un limbo legal y humanitario.
Expertos en migración han advertido sobre las consecuencias de la desatención gubernamental en este rubro. «Cuando las instituciones no están preparadas para responder a una crisis migratoria, se genera un efecto dominó de violaciones a derechos humanos y caos administrativo», advirtió un analista en política migratoria.
La presión internacional también ha aumentado sobre México, con organismos de derechos humanos señalando la urgencia de tomar medidas para garantizar una atención digna y eficaz a los migrantes. Sin embargo, las acciones concretas siguen siendo limitadas, y la incertidumbre persiste para quienes buscan refugio en el país.
Ante este panorama, la discusión sobre el presupuesto y las políticas migratorias en México continúa siendo un tema central en la agenda política. Mientras tanto, miles de migrantes siguen a la espera de una respuesta que, hasta ahora, parece no llegar.

