Conjugar el arte con la inteligencia artificial para cuestionar cómo la imagen moldea nuestra percepción del mundo fue el eje central de la obra “I don´t like the drugs, but the drugs like me”, creada por el artista Roberto Aldebarán Espinosa Solares. La pieza obtuvo el primer lugar en la Categoría de Egresadas/os, Estudiantes de Posgrado y Docentes de la Décima Edición de la Bienal Internacional de Arte Visual Universitario de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
Espinosa Solares explicó que la génesis de su obra nació de la interrogante sobre cómo entendemos el mundo a través de la imagen y cómo esta, a su vez, lo moldea. Su proyecto es una exploración visual y sonora que confronta al espectador con un montaje meticuloso, en el que ningún elemento es aleatorio.
La obra está compuesta por más de 300 diapositivas encontradas en un mercado de pulgas, las cuales forman parte de una campaña prohibicionista contra las drogas en Estados Unidos durante los años 60. Sin embargo, lo innovador del trabajo de Espinosa Solares radica en la yuxtaposición de estas imágenes con el audio de una conferencia de Timothy Leary, una figura emblemática y controversial de la contracultura psicodélica, conocido como el «apóstol del LSD».
El resultado es una pieza audiovisual impactante, donde se confrontan dos narrativas ideológicamente opuestas: la visión institucional que demonizaba el consumo de sustancias y la perspectiva de Leary, quien promovía su uso como herramienta de expansión de la conciencia. Con este contraste, la obra invita al espectador a la reflexión crítica, evitando posturas moralizantes y proponiendo un análisis más profundo sobre el contexto histórico y las implicaciones sociales del tema.
Uno de los aspectos más innovadores de esta pieza es el uso de inteligencia artificial para animar las diapositivas históricas, lo que permite generar una reinterpretación de las imágenes. Esta técnica no solo dota de dinamismo a los archivos visuales, sino que también provoca una relectura contemporánea de una problemática que sigue vigente.
“El arte tiene el poder de reconciliar diferencias y fomentar valores esenciales para la convivencia pacífica. Con este proyecto, demuestro que el arte puede ser el medio ideal para el cambio social”, destacó Espinosa Solares. En un mundo cada vez más polarizado, el artista apuesta por la creatividad como un vehículo de diálogo que trascienda la confrontación.
Más allá del reconocimiento recibido en la Bienal, Espinosa Solares hizo un llamado a las nuevas generaciones de artistas para que sean honestos consigo mismos y con su producción artística. Enfatizó la importancia de no crear únicamente para encajar en tendencias o corrientes establecidas, sino por un auténtico compromiso con la sociedad.
“El reconocimiento es importante porque da alcance, pero la motivación principal no debe ser obtener premios, sino generar un impacto real con el arte”, mencionó el artista.
Con esta obra, Espinosa Solares demuestra que el arte sigue siendo una herramienta poderosa para la crítica social, la reflexión y el cuestionamiento de discursos preestablecidos. En la intersección entre imagen, sonido e inteligencia artificial, su trabajo marca un punto de inflexión en la exploración del arte digital y su capacidad de desafiar percepciones, abrir debates y generar cambios en la sociedad.

