En 2018, el mezcal del Estado de México obtuvo el reconocimiento de Denominación de Origen, una certificación que permite a ciertos productos destacar por sus características únicas, principalmente por el territorio donde se lleva a cabo su producción. Sin embargo, esta distinción no incluye al mezcal artesanal, lo que genera desafíos para su comercialización y competitividad. Así lo advierte Karina Jacqueline Poot, experta en economía social de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), en su artículo publicado en la revista Universitaria: “Reflexiones sobre la denominación de origen del mezcal mexiquense”.

De acuerdo con la investigadora, la certificación excluye a los productores que elaboran la bebida mediante métodos tradicionales, debido a la normativa vigente, específicamente la Norma Oficial Mexicana NOM-070-SCFI-2016. Esto impide que el mezcal artesanal pueda competir en igualdad de condiciones en los mercados nacional e internacional, lo que representa un obstáculo para los pequeños productores que han mantenido viva esta tradición durante generaciones.

Poot señala que esta situación se debe a disputas legales y a la falta de adecuación de la certificación a los contextos realistas de producción. Aunque la denominación de origen garantiza que el agave utilizado es regional y le otorga prestigio al mezcal del Estado de México, la investigadora enfatiza que la exclusión del producto artesanal limita las oportunidades de desarrollo para muchas comunidades productoras.

Actualmente, solo 18 productos mexicanos cuentan con la distinción de Denominación de Origen, lo que los coloca en una posición privilegiada dentro de la industria agroalimentaria. Sin embargo, la falta de reconocimiento del mezcal artesanal mexiquense lo deja fuera de este esquema de protección, impidiendo su crecimiento y dificultando su posicionamiento en el mercado.

Ante esta problemática, la Universidad Autónoma del Estado de México ha implementado iniciativas para apoyar a los productores locales. La UAEMéx informa y capacita a las y los productores sobre la denominación de origen, además de reunir a todos los actores involucrados en la producción y comercialización del mezcal para compartir experiencias y conocimientos. A través de estos esfuerzos, se busca fortalecer la industria mezcalera mexiquense y garantizar que los productores puedan acceder a mejores condiciones para la venta y exportación de su producto.

Karina Jacqueline Poot concluye que es fundamental asegurar que el mezcal no solo cumpla con altos estándares de calidad, sino que también lo haga en armonía con las necesidades y capacidades de las comunidades productoras. Para ello, considera necesario revisar las regulaciones y adaptar la certificación a las realidades del sector artesanal, permitiendo que este tenga un lugar en los mercados y continúe con la tradición ancestral de la producción de mezcal en el Estado de México.