La preservación de especies en su entorno natural es un desafío clave para la ciencia ecológica. En este sentido, Gisela Granados González, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), se ha dedicado a estudiar la morfología de la lagartija Barisia imbricata, comúnmente conocida como “escorpion transvolcánico”, una especie de gran relevancia debido a su alta diversidad genética y su capacidad de adaptación a diversos ecosistemas.

La investigadora busca comprender el proceso evolutivo de esta especie y cómo ha logrado sobrevivir en distintas condiciones ambientales. «Es fundamental contar con estudios ecológicos que nos permitan proteger y conservar estas especies únicas», afirmó Granados González, destacando la importancia de generar conocimiento para su preservación.

Uno de los principales retos en el estudio de la Barisia imbricata es la dificultad para diferenciar entre machos y hembras, ya que el dimorfismo sexual en esta especie no es evidente a simple vista. Por ello, la investigadora ha desarrollado un método basado en técnicas moleculares para analizar el ADN y el ARN de estos reptiles, lo que permitirá una identificación más precisa del sexo de los individuos. «Al conocer el sexo con mayor precisión podremos tomar mejores decisiones para su conservación», explicó la científica.

La investigación no solo se enfoca en el análisis genético, sino también en la relación entre la información molecular y las características físicas de los ejemplares. «Queremos relacionar la información genética con las características externas de los animales para obtener una comprensión más completa de la especie», indicó Granados González, quien ha centrado su línea de investigación en la morfofisiología de la reproducción en reptiles.

A través de su trabajo, la investigadora ha hecho un llamado a la comunidad universitaria para conocer y proteger el hábitat de estos reptiles, pues considera que la desinformación ha generado mitos que dificultan la conservación de la especie. «En general, los reptiles son poco conocidos; socialmente existen mitos y cuestiones acerca de ellos, sin embargo, es primordial informarnos para la conservación», destacó.

Además de su labor en la investigación científica, Granados González ha enfatizado el papel de las mujeres en la ciencia, subrayando la importancia de que más mujeres y niñas se involucren en proyectos científicos. «Es tiempo de mujeres, por lo tanto, es importante incentivar la investigación en mujeres y niñas. Si es lo que les apasiona, no se detengan», concluyó la académica, dejando un mensaje inspirador para las futuras generaciones de científicas.

La investigación de la UAEMéx sobre la Barisia imbricata representa un esfuerzo clave en la conservación de especies nativas, contribuyendo no solo al conocimiento científico, sino también a la sensibilización sobre la importancia de preservar la biodiversidad.