Una adulta mayor de 102 años, identificada como Doña Ernestina, enfrentó dificultades para reponer la tarjeta bancaria donde recibe su pensión del ISSSTE, debido a que el lector de huellas digitales del banco HSBC no reconocía sus huellas dactilares.
Al acudir a la sucursal correspondiente, Doña Ernestina intentó realizar el trámite con su credencial de elector (INE); sin embargo, el ejecutivo del banco le exigió presentar tres identificaciones oficiales para procesar la reposición de su tarjeta.
Ante la imposibilidad de cumplir con dicho requisito, el empleado sugirió que la mujer tramitara una licencia de conducir, que tiene un costo aproximado de 700 pesos, o un pasaporte, a pesar de su avanzada edad.
El caso de Doña Ernestina se suma a otros reportes de personas adultas mayores que han enfrentado dificultades similares con instituciones bancarias. En otro incidente reciente, una mujer en camilla fue obligada a acudir a una sucursal para desbloquear su tarjeta, según información publicada por El Universal.
La exigencia de requisitos adicionales para personas en situación de vulnerabilidad ha generado críticas sobre la falta de inclusión en los procesos bancarios.
Especialistas en derechos de las personas adultas mayores han advertido sobre posibles prácticas de discriminación etaria dentro del sistema financiero, lo que podría vulnerar el derecho de los beneficiarios a recibir sus recursos de manera ágil y accesible.
El banco HSBC no ha emitido una postura oficial sobre este caso, mientras que organizaciones civiles han instado a revisar los protocolos de atención a este sector de la población.
Fuente: fermoctezuma.news

