En un anuncio que sacudió el panorama económico global, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, proclamó el 2 de abril de 2025 como el «Día de la Liberación» de su país, al tiempo que reveló la aplicación inmediata de aranceles recíprocos a todas las naciones que imponen tarifas a productos estadounidenses. Durante su discurso desde la Casa Blanca, el mandatario afirmó que esta medida representa la «independencia económica» de Estados Unidos y aseguró que su gobierno no concederá exenciones a ningún país.
Además de la nueva política arancelaria, Trump manifestó su intención de eliminar el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), al calificarlo como «el peor de la historia» y un «desastre» para su país. Según el mandatario, el acuerdo ha representado una pérdida económica para Estados Unidos, beneficiando principalmente a sus socios comerciales del norte y sur.
«Nosotros hemos estado pagando los déficits de Canadá y México, pero ya no podemos hacerlo», declaró Trump, enfatizando que buscará el apoyo del Congreso estadounidense para poner fin al acuerdo.
El plan anunciado por Trump se aplicará a todas las naciones que impongan gravámenes a productos estadounidenses. Bajo este esquema, si un país impone un arancel a bienes de EE.UU., Washington responderá con una tarifa equivalente en el mismo porcentaje.
«No pidan exenciones, porque no las habrá», advirtió el presidente, señalando que su gobierno no aceptará presiones internacionales para suavizar la medida.
Acompañado de su gabinete, Trump firmó la orden ejecutiva que establece estos aranceles, los cuales entrarán en vigor el 3 de abril. El mandatario aseguró que la decisión forma parte de su compromiso para proteger la industria estadounidense y corregir lo que calificó como «abusos» por parte de otros países.
Trump argumentó que naciones vecinas y aliadas han aprovechado la debilidad de administraciones anteriores para imponer barreras comerciales a los productos de su país. «Esto se acabó», sentenció.
El impacto de estas decisiones podría ser significativo para la economía global, ya que podría generar represalias comerciales y afectar el comercio internacional. México y Canadá, principales socios comerciales de EE.UU., podrían verse obligados a reconsiderar sus estrategias comerciales ante la posibilidad de que el T-MEC sea cancelado.
Mientras tanto, la comunidad internacional se mantiene a la expectativa de la reacción de otros países y del propio Congreso estadounidense, donde la eliminación del T-MEC podría enfrentar una fuerte oposición. Lo que es claro es que la decisión de Trump marca un nuevo capítulo en la política comercial de Estados Unidos, con consecuencias que podrían redefinir las relaciones económicas a nivel mundial.




