Desde sus primeros pasos en la pista hasta representar a México en una Universiada Mundial, la historia de Deisy Guadalupe González Álvarez es una inspiración para generaciones de deportistas universitarios. Con más de 20 años dedicada a la marcha atlética, su carrera ha estado marcada por el esfuerzo, la pasión y un amor incondicional por la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx).
Actualmente colaboradora en la Dirección de Cultura Física y Deporte dentro del área de Formación Deportiva, Deisy ha enfocado su experiencia en guiar a nuevas generaciones de estudiantes a encontrar el equilibrio entre el deporte y la academia, algo que ella misma aprendió a dominar con disciplina y convicción.
En 2003, Deisy ingresó a la UAEMéx, pero su camino como atleta ya estaba trazado. Como seleccionada estatal y nacional, participó en dos campeonatos mundiales Sub-18 y tuvo ofertas de reconocidas instituciones como el Tecnológico de Monterrey y la Universidad Anáhuac. Sin embargo, su decisión fue firme: portar con orgullo los colores verde y oro. «Quería ser parte de la selección universitaria», expresó con determinación.
Su especialidad fue la marcha atlética en la categoría de 20 kilómetros, aunque en etapas previas, como los Juegos CONADE, compitió en los 10 kilómetros. La transición no fue sencilla. «Las primeras competencias eran complicadas, pero mi pasión por destacar me impulsaba. Siempre quise sobresalir y logré convertirme en una de las mejores a nivel nacional», afirmó con orgullo.
Como estudiante de la Facultad de Contaduría y Administración en la Licenciatura en Administración, Deisy enfrentó uno de los retos más complejos que cualquier deportista universitario conoce: compaginar la exigencia académica con el entrenamiento de alto rendimiento. “En aquel tiempo el plan de estudios era rígido. Algunos profesores no entendían del todo la vida del deportista y no siempre daban el apoyo al 100 por ciento. Me tocó planificar muy bien mis tiempos, aprovechar los momentos libres para estudiar y mantenerme al día con lo académico”, compartió.
A pesar de las dificultades, su compromiso nunca flaqueó. “El valor más importante para mí siempre ha sido la honestidad. Si un deportista no es honesto, no logra los resultados que espera. Y junto con la honestidad, la responsabilidad es la clave”, enfatizó.
Representar a la UAEMéx en competencias locales, nacionales e internacionales fue el resultado de años de planeación, disciplina y amor por el deporte. Uno de los momentos más memorables de su trayectoria ocurrió en la Universiada Mundial de 2005 en Esmirna, Turquía. Solo tres atletas universitarios fueron seleccionados para esa justa, y Deisy fue una de ellos. “Pisar el estadio, sentir el ambiente, fue una satisfacción inmensa”, recuerda.
Desde 2015, Deisy forma parte del equipo de la Dirección de Cultura Física y Deporte de la UAEMéx, donde su objetivo es claro: motivar a los universitarios a integrarse a las actividades deportivas, brindarles herramientas para lograr un equilibrio entre sus estudios y la vida personal, y transmitir el orgullo de representar a su universidad.
“La marcha es algo que me sigue gustando. Aunque mucha gente no conoce esta disciplina, es muy completa. Enseña coordinación, resistencia y, sobre todo, disciplina. Yo tuve la fortuna de tener cualidades desde el inicio; no se me complicó en los primeros entrenamientos, y desde ahí la practiqué por más de dos décadas”, comentó.
Para Deisy, no hay requisitos estrictos para iniciarse en la marcha. “La técnica se va perfeccionando poco a poco. Lo más importante es tener ganas y constancia. Para mí, lo mejor que me pasó fue llegar a la universidad. La UAEMéx está tatuada en mi corazón”.

