Tenancingo, Méx.- El Centro Universitario UAEM Tenancingo de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) trabaja en un ambicioso proyecto que busca fortalecer el desarrollo turístico y económico de los productores de mezcal en el sur de la entidad, a través del diseño de rutas gastronómicas y experiencias culturales que acerquen a los visitantes a este tradicional destilado mexicano.
Andrea Edurme Jiménez Ruiz, profesora de tiempo completo e investigadora del campus universitario, explicó que el objetivo es generar un modelo de turismo sustentable en torno al mezcal, basado en un diagnóstico preciso de las capacidades de los productores, los recursos locales y la disposición de las comunidades para integrarse en este tipo de iniciativas.
“Recién nos incorporamos al trabajo de campo para indagar los recursos con los que cuentan los productores, su interés por participar y generar un diagnóstico que nos permita definir qué actividades o estrategias de turismo se pueden desarrollar en la zona”, detalló la académica, quien actualmente realiza visitas a municipios del sur mexiquense donde la producción de mezcal es una actividad ancestral.
El proyecto, en su etapa inicial, contempla acercamientos con los mezcaleros de la región para conocer a fondo su labor y establecer un vínculo de confianza que permita avanzar hacia una propuesta turística viable. Se busca que los turistas no solo consuman mezcal, sino que vivan una experiencia completa: desde conocer el cultivo del maguey, presenciar el proceso de destilación artesanal, hasta participar en catas guiadas y actividades gastronómicas locales.
Jiménez Ruiz subrayó que en el Centro Universitario UAEM Tenancingo ya se han sentado las bases de esta iniciativa con un diplomado especializado en mezcal, donde se abordaron aspectos ecológicos, ambientales y culturales del producto, así como su vinculación con la gastronomía y las técnicas de degustación.
“Otros investigadores del campus también han estado trabajando con los productores desde enfoques relacionados con la comercialización y el desarrollo económico. Yo recién me integré al equipo, visité a las comunidades y me estoy empapando de quiénes son los productores, qué hacen y quiénes están interesados en participar desde una perspectiva turística”, añadió.
Actualmente, el equipo universitario continúa con las visitas de campo para identificar los elementos del patrimonio natural y cultural que puedan ser aprovechados en un proyecto de turismo rural o gastronómico. Una vez concluida esta etapa de diagnóstico, se podrán definir rutas y estrategias que impulsen el desarrollo económico local sin comprometer la sustentabilidad de los recursos.
La investigadora enfatizó que cualquier propuesta debe planearse con calma y de forma estratégica, cuidando siempre que el turismo no se convierta en una amenaza para el entorno ni para los saberes tradicionales que rodean al mezcal.
“El turismo es una actividad compleja que no solo implica desplazarse a otro lugar, sino que genera impactos sociales, ambientales y económicos. Por eso es necesario ser cuidadosos tanto como turistas como en la planeación de los proyectos, de modo que se garantice la conservación de los recursos naturales y culturales”, concluyó.

