En el marco de su visita al Plantel “Ignacio Ramírez Calzada” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), el creador de la plataforma educativa Cerebrote, Luis Fernando Botero Mendoza, compartió una visión esperanzadora y profundamente humana sobre el papel de la inteligencia artificial (IA) en la transformación de la enseñanza. Para él, la IA no representa una amenaza, sino una oportunidad: un recurso que, bien utilizado, puede convertirse en un ascensor hacia una educación de mayor calidad.
Durante su encuentro con docentes y estudiantes, Botero Mendoza explicó que su iniciativa, Cerebrote, nació con un propósito claro: capacitar al profesorado en el uso de herramientas digitales y, especialmente, en el aprovechamiento de la inteligencia artificial para mejorar los procesos de enseñanza y aprendizaje. Sin embargo, dejó claro que la tecnología por sí sola no es suficiente. Para que este cambio sea real y sostenible, deben consolidarse tres pilares fundamentales: la humanización de la tecnología, la democratización del conocimiento y la institucionalidad.
“La información que toma, busca y tiene la o el estudiante, acompañado con todo el conocimiento y experiencia que tiene la o el profesor, se va a dar como esa unión para poder avanzar”, sostuvo el también divulgador científico. En su perspectiva, es precisamente esta sinergia entre saberes lo que permite enriquecer el proceso educativo y detectar nuevas habilidades, tanto en docentes como en estudiantes.
En cuanto al primer pilar, la humanización de la tecnología, Botero hizo un llamado a no dejarse llevar por la fascinación superficial que generan los dispositivos inteligentes. “No podemos quedarnos solo en lo que el celular nos diga, dando por hecho que no hay algo detrás o adelante de las tecnologías”, advirtió. Para él, la tecnología debe ser comprendida y utilizada con sentido crítico, siempre al servicio del ser humano.
Respecto a la democratización del conocimiento, destacó que el acceso a las herramientas de inteligencia artificial no puede ser exclusivo del estudiantado o del personal docente. “También las familias, las y los directivos, todos deben entender estas tecnologías”, señaló. Su visión apunta a un ecosistema educativo donde el conocimiento se comparta libremente y todos los actores puedan participar en la transformación digital de la educación.
Finalmente, subrayó la necesidad de que las instituciones educativas respalden este proceso. “Si las instituciones dan las herramientas necesarias para que la o el estudiante entienda que no se trata de hacer trampa, sino de cómo la inteligencia artificial me ayuda a avanzar para cerrar la brecha que existe, entonces estamos en el camino correcto”, afirmó. De esta manera, la IA se convierte en una aliada para reducir desigualdades y fomentar una educación más equitativa.
Cerebrote, cuyo lema es “un abrazo desde el cerebro”, busca generar una comunidad comprometida con el pensamiento crítico y el amor por el conocimiento. Su propuesta se aleja de los modelos tecnocráticos que priorizan la eficiencia por encima del aprendizaje humano. Por el contrario, reivindica la necesidad de educar con afecto, con empatía, con propósito, y utilizando las herramientas del presente para construir un futuro más justo.
“Queremos avanzar hacia sociedades más justas, uniformes en algunos puntos y desagregadas en otros, para regresar a un pensamiento crítico que se ha perdido en los últimos años”, concluyó Botero Mendoza.

