En el marco del mes de la lectura, la escritora y periodista Raquel Castro comparte en la Revista Universitaria una reflexión íntima sobre su trayectoria en el mundo de las letras, la edición literaria y la producción digital, así como su visión sobre el fomento de la lectura entre la juventud mexicana.

Para Raquel Castro, los libros han sido una constante vital desde su infancia. “No concibo un hogar sin libros”, afirma con convicción. Su pasión por las palabras la llevó, en su juventud, a elegir el periodismo como su camino profesional, donde descubrió un especial interés por la elaboración de guiones. Sin embargo, no fue sino hasta 2010 que sus creaciones literarias pasaron de ser un pasatiempo a convertirse en una carrera que la definiría plenamente.

Su narrativa, impregnada de una perspectiva feminista, se enfoca en otorgar a las mujeres un papel protagónico en la literatura. “Quiero que las lectoras puedan identificarse con las protagonistas y que los lectores entiendan que el lugar de la mujer no es solo el de un personaje secundario en la vida de un hombre”, explica. En su obra El corazón de la Vía Láctea, Castro relata la historia de una adolescente que ingresa a una academia militar en busca de su madre, desaparecida en acción. Más allá de la aventura externa, la novela es un viaje de autodescubrimiento y de construcción de identidad.

Su interés por explorar nuevos formatos la llevó recientemente a incursionar en el terreno del podcast. La adaptación de El corazón de la Vía Láctea como serie de ciencia ficción juvenil fue impulsada por la productora Elena Bazán y realizada en el estudio Chicas Ruidosas, con el apoyo cercano de su colega y pareja, el también escritor Alberto Chimal. Raquel considera que cada formato —ya sea libro impreso, audiolibro o podcast— ofrece experiencias únicas, y destaca la importancia de no encasillarse en uno solo, sino de abrirse a las múltiples formas en que una historia puede llegar a los públicos.

Sobre el panorama de la lectura en México, la autora es crítica de las estrategias tradicionales de fomento. Para ella, el error ha sido tratar la lectura como una imposición académica en lugar de como una invitación placentera. «Las estrategias de difusión deberían estar en manos de personas que verdaderamente disfrutan leer. No se trata de obligar, sino de crear espacios amigables que permitan a los jóvenes explorar su propio gusto lector», sostiene. Desde clásicos universales hasta fenómenos contemporáneos como Wattpad, Castro cree que cualquier libro puede ser el punto de partida para el amor a la lectura.

Finalmente, para quienes desean iniciarse en la escritura, Raquel ofrece un consejo fundamental: ser persistentes. «Escribir es un proceso que requiere mucha práctica y tiempo. Las ideas evolucionan, se modifican, se corrigen. No es un talento reservado para unos cuantos: cualquiera puede escribir, mejorar y disfrutar el proceso», afirma, alentando a nuevas voces a lanzarse sin miedo a construir sus propios mundos narrativos.

Con una trayectoria que combina pasión, compromiso y apertura hacia nuevas plataformas, Raquel Castro se consolida como una voz necesaria en la literatura mexicana contemporánea. Su mensaje en este mes de la lectura es claro: leer y escribir deben ser actos de libertad, no de obligación. Y para ello, es indispensable crear entornos donde el amor por las historias pueda florecer naturalmente.

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