La senadora mexicana Geovanna Bañuelos, acompañada de una delegación de legisladores, viajó a Washington para sensibilizar a senadores republicanos y demócratas sobre las afectaciones que traerá la aprobación de un impuesto a las remesas. Alertó que esta medida representaría una carga económica para las familias migrantes, además de incrementar el riesgo de lavado de dinero y debilitar la confianza en las instituciones financieras.

Bañuelos enfatizó que los migrantes envían dinero para cubrir necesidades esenciales como alimentación, vivienda, salud y educación, por lo que un gravamen afectaría directamente a comunidades vulnerables. Además, advirtió que los envíos podrían desviarse hacia canales informales y no regulados, debilitando los esfuerzos bilaterales contra flujos financieros ilícitos.

Los legisladores mexicanos también señalaron que imponer un control sobre los proveedores de servicios de remesas, obligándolos a verificar el estatus migratorio de sus clientes, implicaría un riesgo grave para la privacidad financiera. Esto, explicaron, aumentaría la recopilación de datos personales y la posibilidad de filtraciones o mal uso de información sensible.

La senadora del Partido del Trabajo afirmó que gravar las remesas significa castigar el sacrificio de quienes sostienen dos economías. En el marco de su agenda en Washington, sostuvo reuniones con el subsecretario de Estado Christopher Landau, así como con más de 10 senadores estadounidenses, incluyendo Bernie Moreno, Marsha Blackburn, Bill Hagerty, Roger Marshall y Pete Ricketts, además de Peter Welch y Catherine Cortez, entre otros.

Bañuelos reafirmó su compromiso de defender los derechos de los migrantes y subrayó que un impuesto a las remesas solo agravaría la pobreza y la desigualdad en las comunidades que dependen de estos recursos.