En el marco del Día Mundial Contra el Trabajo Infantil, conmemorado cada 12 de junio por iniciativa de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la profesora e investigadora de la Facultad de Derecho de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), Itzel Arriaga Hurtado, lanzó un llamado urgente a impulsar la investigación social como herramienta fundamental para enfrentar esta problemática estructural que afecta a millones de niñas, niños y adolescentes en el país.

Arriaga Hurtado, líder del Cuerpo Académico de Estudios Jurídicos de Género, Derechos Humanos y de la Sociedad, enfatizó que el trabajo infantil debe analizarse desde una perspectiva de derechos humanos, pues refleja condiciones de profunda desigualdad, discriminación y violencia estructural que persisten en México y América Latina.

“La infancia, conforme a la Ley General de los Derechos de Niñas, Niños y Adolescentes, abarca desde el nacimiento hasta los 18 años cumplidos. Por tanto, cualquier forma de trabajo en este sector debe considerarse con enfoque de protección integral y no únicamente desde la legalidad laboral”, precisó la académica.

Explicó que si bien la ley mexicana permite el trabajo para personas de entre 15 y 18 años bajo condiciones laborales formales, remuneradas y dignas, esto no implica que dicha realidad esté exenta de riesgos. “La participación de adolescentes en actividades laborales remuneradas es reflejo de condiciones estructurales de vulnerabilidad. No se trata sólo de legalidad, sino de justicia social”, indicó.

En este sentido, recordó que el informe de UNICEF de 2019 ya advertía que más del 40% de las infancias en México no tiene acceso efectivo a derechos fundamentales como salud, educación, alimentación, vivienda, protección jurídica y dignidad humana, lo que los coloca en una situación de extrema vulnerabilidad frente al entorno social y frente al Estado en sus tres niveles de gobierno.

Para el caso específico del Estado de México, datos del INEGI revelaron que en 2022 el 8.8% de las infancias realizaban trabajo infantil, una leve disminución en comparación con el 10% registrado en 2019. Este avance se atribuye a políticas públicas focalizadas y a una mayor visibilización del problema en medios de comunicación. No obstante, Arriaga Hurtado considera que esta reducción no debe generar una falsa sensación de avance definitivo.

“Persisten muchos retos. Uno de ellos es la confusión entre trabajo infantil y explotación infantil. Esta última, ya reconocida como una figura delictiva, puede ser laboral o sexual, y representa una de las formas más graves de violencia contra las infancias”, advirtió.

Además, la investigadora cuestionó el adultocentrismo que predomina en sectores clave como la educación, la salud, la economía, la cultura, los medios de comunicación y la política. Este enfoque centrado en las y los adultos, señaló, ha obstaculizado históricamente la generación de políticas públicas con un enfoque real y profundo en las necesidades y derechos de niñas, niños y adolescentes.

Por ello, reiteró que el compromiso de las universidades, especialmente las públicas, debe traducirse en investigación social rigurosa, diagnósticos colaborativos con organismos públicos y privados, así como en propuestas de políticas públicas que partan de la voz y la realidad de las infancias.

“Como universitarias y universitarios, tenemos una responsabilidad social ineludible. Las infancias no solamente son el futuro; son una realidad viva que exige ser escuchada, comprendida y protegida hoy”, concluyó Arriaga Hurtado.

Con estas declaraciones, la profesora de la UAEMéx se suma al llamado internacional para erradicar el trabajo infantil y garantizar que cada niña y niño pueda ejercer plenamente sus derechos en entornos seguros, libres de violencia y con oportunidades de desarrollo integral.