Teherán/Bagdad/Doha, 24 de junio de 2025 — En una nueva escalada del conflicto en Medio Oriente, el gobierno de Irán confirmó el lanzamiento de misiles balísticos contra bases militares estadounidenses en Irak y Qatar, en respuesta directa a la operación “Midnight Hammer” llevada a cabo el fin de semana por EE.UU. contra instalaciones nucleares iraníes.

Según reportes difundidos por la agencia iraní Tasnim News, la ofensiva fue denominada “Basharat al-Fath” (La Bendición de la Victoria) y tuvo como objetivos la base aérea de Al-Udeid en Qatar, que alberga al Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), y la base de Ain al-Asad en Irak. Se estima que al menos 10 misiles fueron lanzados hacia territorio qatarí, mientras que uno impactó cerca de instalaciones estadounidenses en el oeste de Irak.

La televisión estatal iraní presentó los ataques como una “respuesta legítima” a lo que calificaron como “agresión no provocada” de Washington, tras el bombardeo a los complejos de Natanz, Fordow e Isfahan, fundamentales para el desarrollo nuclear iraní.

Qatar intercepta misiles; tensión regional crece

Las autoridades de Qatar confirmaron intentos de ataque sobre su territorio. En un breve comunicado, señalaron que los sistemas de defensa aérea interceptaron los proyectiles sin víctimas civiles ni daños mayores. Circulan en redes sociales videos desde Doha que muestran la activación del sistema antimisiles en pleno cielo nocturno.

En Irak, fuentes locales reportaron fuertes explosiones cerca de la base Ain al-Asad. Aunque no se han confirmado bajas, personal militar estadounidense fue puesto en alerta máxima en varias instalaciones.

Escalada entre potencias nucleares

El Pentágono emitió un comunicado breve donde calificó los ataques iraníes como “graves e irresponsables” y advirtió que EE.UU. responderá “en el momento y lugar que considere apropiado”. El secretario de Defensa se encuentra reunido con altos mandos de la OTAN para evaluar una posible respuesta coordinada.

El Consejo de Seguridad de la ONU convocó a una sesión urgente ante la escalada. Rusia y China pidieron “moderación”, mientras que Francia y el Reino Unido expresaron su “preocupación profunda” por la estabilidad regional.