Ciudad de México, 24 de junio de 2025 — Con voz firme y convicción ética, la senadora Lizeth Sánchez García, del Partido del Trabajo, llamó al Senado a asumir una responsabilidad histórica: prohibir de forma definitiva los espectáculos con mamíferos marinos y poner fin a décadas de explotación disfrazada de entretenimiento.

“Los espectáculos con delfines y orcas son un símbolo de una época que debe quedar atrás”, sentenció desde tribuna.

Durante su intervención, Sánchez García denunció que estas prácticas representan una forma de violencia normalizada hacia seres sintientes, que sufren, desarrollan vínculos sociales y han sido reducidos a objetos de lucro. “Tras esos saltos y acrobacias se esconde una realidad cruel”, afirmó.

Una reforma con rostro ético y ambiental

La reforma aprobada por unanimidad en el Senado modifica la Ley General de Vida Silvestre para prohibir:

  • Espectáculos fijos o itinerantes con mamíferos marinos.
  • Su reproducción en cautiverio con fines comerciales.
  • Su aprovechamiento extractivo con fines de subsistencia o lucro.

Solo se permitirá su manejo en casos de conservación, reintroducción o investigación científica. Además, los ejemplares actualmente en cautiverio deberán permanecer en sus instalaciones registradas, bajo condiciones de trato digno hasta el final de su vida.

“Ingenieros ecológicos” y víctimas del encierro

Sánchez García subrayó que especies como ballenas y delfines no solo son carismáticas, sino esenciales para la salud de los océanos: regulan cadenas tróficas, dispersan nutrientes y ayudan a capturar carbono. “Ser progresistas en el trato a otras especies también es un signo de civilización”, dijo.

La senadora también denunció que el entrenamiento de estos animales suele implicar privación de alimento, aislamiento y estrés crónico, lo que reduce drásticamente su esperanza de vida.

México, en sintonía con el mundo

La legisladora poblana recordó que numerosos países ya han prohibido espectáculos con delfines y orcas, y llamó a México a no quedarse atrás. “La prohibición que hoy impulsamos no es un gesto radical ni aislado. Es una decisión ética, respaldada por la ciencia, el derecho ambiental y la conciencia colectiva”, concluyó.

El dictamen fue turnado a la Cámara de Diputados para su revisión final. De aprobarse, México se sumará a la lista de naciones que han optado por defender la vida, no lucrar con ella.