La regeneración celular, proceso esencial para el mantenimiento del equilibrio biológico y la funcionalidad del cuerpo humano, es una de las áreas más prometedoras de la ciencia médica actual. Así lo explicó Edith Segura Anaya, profesora e investigadora del laboratorio de Biología Molecular y Neurociencias de la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx), quien colabora activamente en proyectos enfocados al estudio de la regeneración del sistema nervioso periférico.

Durante una reciente entrevista, la investigadora subrayó que la regeneración celular es mucho más que un mecanismo de reparación: es una estrategia biológica con un potencial transformador en diversas ramas de la medicina moderna. “Este proceso permite que las células reparen o reemplacen tejidos y órganos dañados, restableciendo su estructura y funcionalidad”, afirmó.

Segura Anaya explicó que existen dos tipos principales de regeneración: la reparación, que se asocia principalmente con la cicatrización, donde las células ya existentes se multiplican para cubrir la zona dañada, y la regeneración completa, que restaura el tejido a su estado original, implicando una reconstrucción celular más profunda y compleja.

“Las células y su entorno inmediato son clave para que la regeneración ocurra de manera efectiva”, señaló. “Algunos tipos celulares poseen una capacidad regenerativa extraordinaria, y es esa habilidad la que mantiene la integridad de los tejidos ante el desgaste, el envejecimiento o las lesiones”.

Inspirada por los mecanismos naturales que se observan en otras especies, como las salamandras —que pueden regenerar extremidades enteras— o el pez cebra —capaz de reconstruir su corazón—, la comunidad científica ha intensificado sus investigaciones para comprender cómo replicar esos procesos en el cuerpo humano. Estos modelos han sido cruciales para ampliar los horizontes de la medicina regenerativa.

Dentro del organismo humano, el hígado destaca como uno de los órganos con mayor capacidad regenerativa. “Gracias a su estructura lobular, sus células pueden multiplicarse tras una lesión para recuperar tanto la masa como la funcionalidad perdida”, detalló Segura Anaya. Esta característica lo convierte en un referente dentro del estudio de la regeneración orgánica.

La regeneración también desempeña un papel fundamental en procesos cotidianos del cuerpo como el crecimiento, el desarrollo, la cicatrización de heridas y, de manera particular, en la reparación del sistema nervioso periférico. A diferencia del sistema nervioso central, este sí posee capacidad de regenerarse tras sufrir lesiones, un aspecto en el que se enfoca actualmente el laboratorio de Biología Molecular y Neurociencias de la UAEMéx.

Los proyectos que lidera Segura Anaya tienen como objetivo entender los mecanismos celulares implicados en la regeneración del nervio periférico tras un traumatismo. Este conocimiento podría abrir la puerta a tratamientos médicos más eficaces que mejoren la calidad de vida de quienes han sufrido daños nerviosos.

“La regeneración celular tiene aplicaciones concretas en la medicina regenerativa, la ingeniería de tejidos y el tratamiento de heridas”, comentó la investigadora, destacando la importancia de estas investigaciones para el futuro de la atención médica personalizada.

Finalmente, la académica hizo un llamado a las y los estudiantes, así como al público en general, a interesarse en la ciencia y participar activamente en los proyectos de investigación que se desarrollan en la Universidad. “La medicina del futuro se está construyendo desde hoy, en nuestros laboratorios, y necesitamos más mentes curiosas y comprometidas que se sumen a este esfuerzo colectivo”, concluyó.