Ciudad de México.— Ante el repunte del gusano barrenador del ganado (GBG), la senadora del PRI, Mely Romero Celis, advirtió que el país enfrenta no solo una crisis pecuaria, sino un riesgo sanitario, ecológico y económico de gran escala. La legisladora propuso medidas urgentes que rebasan el enfoque ganadero tradicional y buscan una respuesta multisectorial de largo plazo.
En una proposición con punto de acuerdo presentada ante el Senado, Romero Celis urgió al Gobierno Federal a reactivar en territorio nacional la producción de moscas estériles de la especie Cochliomyia hominivorax, herramienta clave para erradicar la plaga. Desde 2013, México depende de una planta ubicada en Panamá, situación que consideró inaceptable. “No podemos combatir una plaga nacional dependiendo de otros países”, afirmó.
Propuso la instalación de una nueva planta productora en Chiapas y denunció que el propio titular de Agricultura ha admitido la ausencia de capacidad operativa nacional para enfrentar el brote. Además, exigió que SEMARNAT, en coordinación con SENASICA y PROFEPA, diseñen un protocolo específico para atender casos de miasis en fauna silvestre, luego de la infección detectada en un aguililla pecho rojo, especie protegida.
La senadora también propuso brigadas presenciales de capacitación en comunidades rurales, señalando que la conectividad digital no es suficiente para informar a productores en riesgo. “La información no puede quedarse en línea. Se necesita presencia en campo”, sostuvo.
En el contexto de la reciente tragedia aérea —en la que tres personas murieron al caer una avioneta que participaba en la dispersión de moscas estériles—, Romero Celis subrayó la urgencia de reforzar protocolos de seguridad y equipamiento para el personal operativo. “No podemos permitir que quienes combaten esta plaga arriesguen la vida sin protección adecuada”, puntualizó.
Asimismo, llamó a fortalecer los puntos de inspección en la frontera sur y rutas internas, alertando que el contrabando de ganado amplifica la propagación del parásito. Enfatizó la necesidad de garantizar recursos presupuestales estables para contener el avance del GBG.
Romero recordó que durante la suspensión de exportaciones de ganado a Estados Unidos —una medida tomada por el brote— las pérdidas económicas superaron los 11 millones de dólares diarios. Afirmó que la amenaza se extiende más allá del sector pecuario, ya que se han registrado contagios humanos y afectaciones a la biodiversidad.
“El riesgo no es solo económico. Esta crisis puede extenderse por dos décadas si no se contienen los contagios hoy. Urge una respuesta estructural, integral y de Estado”, concluyó la legisladora.

