Ciudad de México.— La participación de México como observador en la Cumbre BRICS 2025, celebrada en Río de Janeiro, ha abierto un intenso debate sobre el rumbo de la política exterior mexicana. Para el doctor en Derecho especializado en Comercio Exterior, Edmundo Enciso Villarreal, este acercamiento representa una oportunidad estratégica, pero también plantea retos geopolíticos que deben abordarse con diplomacia firme y visión multilateral.
El bloque BRICS —integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica, y recientemente ampliado con Egipto, Irán, Etiopía, Arabia Saudita y Emiratos Árabes Unidos— representa más del 40% de la población mundial y cerca del 25% del PIB global. En este contexto, México podría diversificar sus alianzas, reducir su dependencia de Estados Unidos y reposicionarse como actor relevante en el Sur Global.

Ventajas potenciales del acercamiento a BRICS
- Acceso a nuevos mercados en Asia, África y Europa del Este
- Financiamiento alternativo vía el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD)
- Cooperación tecnológica en inteligencia artificial, biotecnología y energías renovables
- Influencia en organismos multilaterales y en la agenda climática global
Durante la cumbre, el canciller Juan Ramón de la Fuente presentó la propuesta mexicana de una Cumbre del Bienestar, orientada a construir un nuevo multilateralismo basado en la dignidad de los pueblos y la equidad en el desarrollo. También se acordó la visita de una delegación empresarial brasileña a México en agosto, para fortalecer el comercio bilateral y la cooperación farmacéutica.
Riesgos frente al T-MEC y la relación con EE.UU.
Enciso y el también especialista Joaquín Ehecatl Gómez advirtieron que una mayor cercanía con potencias como China o Rusia podría ser vista por Washington como un distanciamiento estratégico, especialmente bajo la administración de Donald Trump, que ha retomado medidas proteccionistas como aranceles del 25% a productos mexicanos.
Aunque México lidera exportaciones en América del Norte gracias al T-MEC, cualquier señal de alineamiento con bloques alternativos podría generar tensiones diplomáticas y comerciales, afectando sectores clave como el automotriz, electrónico y farmacéutico.
“El objetivo no debe ser romper con Estados Unidos, sino equilibrar la relación a través de una diplomacia multivectorial”, subrayó Gómez.
Diplomacia multivectorial: el nuevo reto mexicano
Enciso reiteró que el fortalecimiento del T-MEC sigue siendo prioritario para el desarrollo económico nacional, pero que México debe construir una política exterior que ponga al centro sus intereses soberanos en un mundo cada vez más multipolar.
La participación como observador en BRICS debe entenderse como un paso inicial hacia una inserción internacional más diversa, que permita a México jugar en varios tableros sin comprometer sus alianzas estratégicas.

