Washington, julio de 2025 — En plena carrera presidencial, una serie de audios recién revelados por el periodista Michael Wolff coloca al expresidente Donald Trump en el centro de una controversia explosiva sobre su vínculo con Jeffrey Epstein y las redes de abuso sexual que sacudieron la élite mundial. Las grabaciones, extraídas de más de 100 horas de conversaciones con Epstein antes de su muerte, podrían reconfigurar la narrativa pública sobre complicidad, encubrimiento y poder.
¿Qué dicen los audios?
En extractos difundidos por el podcast Fire and Fury, Epstein declara que Trump fue su “mejor amigo durante 10 años” y lo acusa de haber “hecho cosas horribles a sus amigos y sus esposas”. También afirma que Trump utilizaba el spa de Mar-a-Lago como un espacio de reclutamiento informal, donde jóvenes empleadas eran llevadas “sin saberlo” a entornos controlados por Epstein.
Aunque no hay evidencia de que Trump confiese directamente su participación en trata de personas, en uno de los audios afirma que Epstein “le robó a varias chicas del spa”, entre ellas Virginia Giuffre, cuyo suicidio en abril de 2025 desató una ola global de indignación y dolor colectivo.
El suicidio de Virginia Giuffre: ¿fin de una víctima o símbolo de un sistema impune?
Giuffre, una de las voces más emblemáticas en la denuncia contra Epstein y el príncipe Andrés, falleció a los 41 años tras años de lucha pública. Su muerte, confirmada por fuentes familiares, se produjo tras una serie de amenazas, aislamiento judicial y marginación mediática.
Su testimonio conectaba directamente a Epstein con figuras como Bill Clinton, Alan Dershowitz y Donald Trump. Con su muerte, desaparece una pieza clave en la reconstrucción judicial de la red, pero también crece el reclamo de justicia simbólica.
¿Qué revelan las grabaciones sobre el ecosistema político?
- Epstein afirma que Trump mantenía fotografías comprometedoras de visitantes en su casa.
- Asegura que el expresidente intervenía en la formación de su gabinete con favores personales.
- Wolff describe los audios como “una radiografía íntima del poder, el ego y la impunidad”.
🔒 Reacciones institucionales y negaciones
La campaña de Trump calificó los audios como “difamaciones falsas” y “parte de una guerra sucia electoral”. No obstante, existe registro documental y judicial de la relación entre Mar-a-Lago y Epstein, incluyendo declaraciones de empleadas, registros de vuelo y agendas privadas.
La Fiscalía Federal de Nueva York ha solicitado acceso completo a las grabaciones, mientras grupos civiles demandan que se reabra la investigación sobre complicidad de funcionarios durante el mandato de Trump.
¿Y ahora qué sigue?
Este escándalo reabre la discusión sobre cómo el poder político, económico y judicial puede enredarse con redes de explotación. No se trata solo de Donald Trump y Jeffrey Epstein: es una narrativa de silencios institucionales, víctimas ignoradas y memorias borradas.
La memoria histórica exige más que una confesión. Exige reparación.

