El titular de la Secretaría de Infraestructura, Comunicaciones y Transportes (SICT), Jesús Antonio Esteva Medina, confirmó este martes desde Palacio Nacional el inicio oficial de las obras del Puente Amado Nervo, una ambiciosa infraestructura que unirá a Puerto Vallarta, Jalisco, con Bahía de Banderas, Nayarit.

La obra —esperada por años y ampliamente demandada por habitantes, turistas y empresarios— comienza a tomar forma sobre las tierras que bordean el río Ameca, límite natural entre ambas entidades. El viaducto será de proporciones monumentales: tendrá un tramo central de 800 metros de longitud compuesto por 20 claros de 40 metros cada uno, que integrarán una conexión total superior a los dos kilómetros. Este nuevo puente busca ser una solución de fondo para la creciente saturación vial en la carretera actual que enlaza Bucerías con Puerto Vallarta, particularmente durante las temporadas vacacionales.

La inversión total proyectada asciende a 900 millones de pesos, con una primera inyección de recursos por 200 millones ya programada para este año. El plazo estimado para la conclusión de los trabajos es noviembre de 2026, un reto técnico y logístico que, según la SICT, comenzará con frentes de obra simultáneos en ambos estados.

“La construcción del Puente Amado Nervo representa mucho más que una infraestructura vial: es una herramienta para el desarrollo social y económico de una zona estratégica del país, una región donde confluyen vocaciones turísticas, comerciales y productivas”, afirmó Esteva Medina durante su intervención en Palacio Nacional.

El impacto de la nueva vialidad será inmediato para más de 21 mil vehículos que diariamente cruzan entre ambos estados, muchos de ellos obligados hoy a dar largos rodeos o enfrentar embotellamientos severos. El nuevo puente conectará directamente la carretera federal 200 con la carretera 544, facilitando un tránsito más ágil y seguro entre los destinos turísticos del Pacífico y mejorando la conectividad de la zona metropolitana interestatal integrada por Puerto Vallarta y Bahía de Banderas, una conurbación en expansión que ya rebasa el medio millón de habitantes.

La obra también tendrá un impacto directo en la generación de empleo: se estima que se crearán 2 mil 700 puestos de trabajo directos, además de una cadena de empleos indirectos relacionados con el transporte, suministro de materiales, hospedaje de trabajadores y alimentación, entre otros.

Pero el Puente Amado Nervo no es un proyecto aislado. Forma parte de un esquema integral de infraestructura carretera que el Gobierno Federal impulsa en el Pacífico mexicano. En este marco, se desarrollan también tramos como Las Varas-Platanitos y Platanitos-San Blas, con la intención de consolidar una red logística eficiente entre Compostela, Guadalajara y los principales destinos costeros del occidente.

“Es una obra que responde a una deuda histórica con la región. No sólo facilitará el tránsito, sino que detonará oportunidades para el comercio, el turismo y la inversión”, señaló un representante del sector empresarial de Bahía de Banderas, presente en el acto de anuncio.

Tras años de estudios, promesas incumplidas y trámites burocráticos, la llegada del primer pilote marcará el comienzo de una transformación tangible. Las comunidades locales, acostumbradas a esperar mejoras viales durante décadas, ven en este proyecto la posibilidad real de una nueva era para la movilidad regional.

El Puente Amado Nervo, que lleva el nombre del célebre poeta nayarita, se perfila como símbolo de unidad entre dos estados, pero también como emblema de modernidad y desarrollo para una de las zonas turísticas más relevantes del país. Con maquinaria en marcha y una visión a futuro, el proyecto inicia con la esperanza de acortar distancias y abrir caminos a nuevas oportunidades.