Madrid. Andrés López Beltrán, hijo del expresidente Andrés Manuel López Obrador, vuelve a estar bajo los reflectores tras revelarse gastos millonarios durante sus vacaciones en Japón. Según el diario español ABC, el dirigente de Morena habría desembolsado más de 10 mil euros en hospedaje, cenas y servicios de spa, en plena campaña de austeridad promovida por el gobierno mexicano.
La polémica estalló tras conocerse que López Beltrán disfrutó de una cena de 2.500 euros en el hotel The Okura de Tokio, uno de los más exclusivos de la ciudad. El desglose de gastos incluye lavandería, minibar y tratamientos de spa, todo mientras la presidenta Claudia Sheinbaum exige a los funcionarios de Morena “vivir con sobriedad y congruencia”.
Silencio y ausencias. Tras el escándalo, López Beltrán se ausentó de varias reuniones clave del partido y suspendió su regreso a la vida pública. Aunque respondió en una carta que el hotel costaba “solo 350 euros por noche”, la cifra sigue siendo superior al salario mínimo que percibe más de la mitad de la población mexicana.
Acusaciones de fondo. Legisladores de oposición han exigido investigar los presuntos vínculos del hijo de AMLO con funcionarios de Aduanas, en particular con el director de Investigación Aduanera, Alex Tonatiuh Márquez Hernández. Lo acusan de formar parte de una trama de evasión fiscal y de usar su influencia para proteger negocios personales desde el aparato estatal.
Defensa oficial. La presidenta de Morena, Luisa María Alcalde, defendió a López Beltrán asegurando que “hay mala fe” en las acusaciones y que el dirigente sigue activo en sus funciones como secretario de Organización Electoral. Sin embargo, el escándalo ha reavivado el debate sobre el estilo de vida de los hijos del expresidente y su congruencia con el discurso de la Cuarta Transformación.

