La senadora Lilly Téllez, del Partido Nacional, lanzó esta mañana un mensaje directo desde su cuenta de X, en el que desmiente lo que considera “mentiras” de la presidenta Claudia Sheinbaum. El mensaje, breve pero cargado de tensión política, se da luego de una serie de declaraciones cruzadas entre ambas figuras, en torno al papel del gobierno federal frente a los cárteles y la polémica solicitud de desafuero contra la legisladora.
El contexto inmediato de este mensaje se remonta a la semana pasada, cuando Téllez acusó públicamente que su vida estaba en riesgo por amenazas del crimen organizado, y pidió que el gobierno mexicano reconociera su incapacidad para enfrentar a los cárteles sin colaboración internacional. En respuesta, la presidenta Sheinbaum habría minimizado sus declaraciones, acusándola de “victimizarse” y de solicitar intervención extranjera. Además, trascendió que desde Palacio Nacional se habría impulsado una solicitud de desafuero contra la senadora, misma que fue retirada días después.
En su mensaje de este lunes, Téllez aclara cinco puntos: “No me victimizo, al revés, dije que NO daré paso atrás. No pedí intervención. Ella no resuelve en México las agresiones de cárteles. Necesitamos apoyo de EU contra cárteles, en colaboración, obvio. Sí pidió mi desafuero, y ya se retractó.”
La senadora ha sido una de las voces más críticas del oficialismo en materia de seguridad, y su postura ha generado reacciones encontradas tanto en el Senado como en redes sociales. Mientras algunos sectores la acusan de buscar protagonismo político, otros advierten que sus señalamientos revelan una fractura institucional en el combate al crimen organizado.
El mensaje de Téllez no solo reaviva el debate sobre la estrategia de seguridad nacional, sino que también pone en entredicho la relación entre poderes, al señalar directamente a la presidenta como responsable de una maniobra política para silenciarla. En medio de un clima legislativo tenso y una agenda cargada de reformas, la confrontación entre Téllez y Sheinbaum podría escalar hacia un nuevo episodio de polarización institucional.
La senadora concluye su postura con una frase que resume el tono del momento: “No daré paso atrás.” El tablero político se mueve, y la narrativa de confrontación se instala en el centro del debate público.

