Ciudad de México, 1 de septiembre de 2025.
Desde tempranas horas, el Senado de la República se transformó en un búnker legislativo. Las calles de Madrid y París, normalmente transitadas por oficinistas y turistas, hoy lucen desiertas, custodiadas por vallas metálicas y elementos de la Guardia Nacional. El aire huele a protocolo y expectativa.

Afuera, el murmullo de los acreditados se mezcla con el sonido metálico de los cercos de seguridad. Adentro, el recinto vibra con una energía inusual: 881 ministros, magistrados y jueces se preparan para rendir protesta en una ceremonia que marca un antes y un después en la historia judicial del país.

La sesión solemne está programada para iniciar a las 19:30 horas, pero desde las 8:00 de la mañana comenzaron a llegar los juzgadores, algunos con semblante serio, otros con una sonrisa discreta, todos conscientes de que están por asumir un cargo que fue otorgado por voto ciudadano, en un proceso inédito.

En el sótano 2, los medios de comunicación aguardan confinados, siguiendo la transmisión desde pantallas. El acceso a espacios emblemáticos como el Patio del Federalismo o el Auditorio Octavio Paz ha sido restringido, en aras de mantener el orden ante la magnitud del evento.

Mientras tanto, en el salón de sesiones, los grupos parlamentarios afinan sus posicionamientos. El PRI ha anunciado su ausencia, en protesta por lo que consideran una “destrucción del Poder Judicial”. La presidenta de la Mesa Directiva, Laura Itzel Castillo, se prepara para encabezar el acto que dará inicio a una nueva etapa institucional.

La ceremonia será transmitida en vivo por el Canal del Congreso, CCO Noticias y redes sociales. A las 19:30, comenzará el desfile solemne: primero los nueve ministros de la Suprema Corte, luego los magistrados del Tribunal Electoral y del nuevo Tribunal de Disciplina Judicial, y finalmente, en bloques regionales, los magistrados de circuito y jueces de distrito.

El Senado, hoy más que nunca, es el epicentro de una transformación. Entre el blindaje, los discursos y la solemnidad, se respira historia.