Desde el Senado de la República, Alejandro Moreno, presidente nacional del PRI, lanzó una denuncia de alto calibre contra el gobierno de Morena, acusándolo de haber instaurado un “cártel de Estado” que opera bajo un pacto sistemático con el crimen organizado. En una conferencia de prensa que combinó datos, señalamientos y advertencias, Moreno afirmó que el llamado “huachicol fiscal” representa el mayor atraco institucional en la historia del país, con más de 550 mil millones de pesos desviados desde 2018 para financiar campañas, extorsionar sectores estratégicos y consolidar una red de impunidad desde la Presidencia de la República.

El líder priista acusó que el gobierno federal utilizó a las Fuerzas Armadas como fachada para encubrir operaciones ilícitas en puertos, aduanas y aeropuertos, y que el Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) fue impuesto mediante extorsión a aerolíneas, convirtiéndose en símbolo del fraude nacional. Señaló directamente a los hijos del presidente, Andy y Bobby López Beltrán, como operadores de tráfico de influencias, y exigió que se investigue a todos los mandos involucrados, incluyendo al coordinador de los senadores de Morena, vinculado con el presunto líder de un cártel detenido en Paraguay.

Moreno advirtió que el régimen busca instaurar una “narcodictadura terrorista comunista” al estilo venezolano, destruyendo el Poder Judicial, cooptando órganos electorales y rompiendo el sistema democrático. En ese contexto, anunció la presentación de un punto de acuerdo para declarar formalmente a los cárteles que operan en México —incluido el venezolano de los Soles— como organizaciones terroristas, en consonancia con medidas adoptadas por Estados Unidos, Colombia y Perú.

La pieza cerró con un llamado a cerrar filas, defender las instituciones y proteger la vida de miles de mexicanas y mexicanos víctimas de la violencia. “No nos vamos a callar”, sentenció Moreno, asegurando que el PRI seguirá denunciando sin miedo, incluso si ello pone en riesgo su vida y la de su familia.