Standard & Poor’s (S&P) lanzó una advertencia contundente sobre la situación financiera de Petróleos Mexicanos (Pemex), al señalar que la empresa enfrentará presiones severas en 2025 por vencimientos de deuda que ascienden a 8.9 mil millones de dólares. Para 2026, la cifra proyectada escala a 12.7 mil millones, lo que refleja un alto apalancamiento y necesidades críticas de liquidez.
La calificadora internacional subraya que los riesgos podrían intensificarse si Pemex no logra mantener una producción diaria de 1.8 millones de barriles, si los precios del petróleo caen o si el Sistema Nacional de Refinación continúa rindiendo por debajo de las expectativas.
A pesar de estos desafíos, S&P mantiene una perspectiva neutral en la calificación crediticia de Pemex, debido a su vínculo estructural con el gobierno mexicano. La empresa es considerada estratégica para los objetivos económicos y sociales del país, lo que garantiza respaldo estatal en decisiones clave.
Sin embargo, el informe advierte que la priorización de metas sociales sobre utilidades corporativas podría limitar la capacidad de Pemex para mejorar su perfil financiero en el corto plazo. La calificación de la empresa está alineada con la del soberano mexicano, lo que implica que cualquier ajuste en la nota del país impactaría directamente a Pemex.
El reporte también destaca que el desempeño de refinación sigue siendo un punto débil, y que la presión sobre la cadena de suministro y los costos operativos podría agravar la situación si no se implementan medidas correctivas.
En resumen, Pemex se encuentra en una encrucijada: con vencimientos millonarios, producción frágil y una estructura financiera que depende del respaldo gubernamental. S&P no descarta que los riesgos se profundicen si no hay ajustes estructurales y operativos inmediatos.

