Desde la tribuna del Senado, la senadora Carolina Viggiano lanzó una crítica frontal contra la reforma judicial impulsada por el oficialismo, al posicionarse en contra del dictamen que niega licencia a la ciudadana Irlanda Gabriela Pacheco Torres, electa como jueza de distrito en materia penal. “Es una vergüenza para este país lo que hoy estamos viviendo”, sentenció.
Viggiano denunció que el caso de Pacheco Torres evidencia el desaseo institucional de una reforma que, lejos de democratizar la justicia, ha premiado lealtades políticas y destruido el principio de carrera judicial. “Fue electa sin cumplir con la idoneidad mínima que exige la ley. Apenas unos meses antes era directora de evaluación en la Agencia Nacional de Aduanas. Y no evaluó nada”, afirmó.
La senadora también reveló que Pacheco fue defensora de un extorsionador del cártel de la Unión de Tepito, y que su elección como jueza se habría asegurado mediante el acarreo de votos en Iztapalapa, bastión de Morena. “¿Dónde queda la independencia judicial? ¿Dónde queda la honestidad que debería ser la piedra angular de quien imparte justicia?”, cuestionó.
Viggiano advirtió que negar la licencia a Pacheco no responde a un compromiso con la legalidad, sino al temor de que se evidencie el fracaso de la reforma. “Hoy sabemos de al menos cuatro juzgadores que han decidido retirarse sin explicar sus razones. La supuesta renovación se convirtió en un mecanismo para colocar cuadros sin credenciales”, denunció.
La senadora acusó que el Poder Judicial ha sido arrodillado ante el poder político, y que la confianza ciudadana en la justicia se erosiona cada día. “Lo que necesita este país son jueces valientes, independientes y honestos. No operadores políticos disfrazados de impartidores de justicia”, afirmó.
El posicionamiento de Viggiano se suma a las voces que cuestionan el diseño y ejecución de la reforma judicial, señalando vicios de origen, falta de transparencia y una captura institucional que pone en riesgo la autonomía del sistema de justicia. “Tapar el sol con un dedo no va a resolver el desastre que se está gestando”, concluyó.

