Corea del Norte volvió a encender las alertas internacionales tras la supervisión directa del líder Kim Jong-un a nuevas pruebas de armamento no tripulado. Desde una ubicación no revelada, el mandatario presenció simulacros con drones de reconocimiento y ataque de la serie Kumsong, incluyendo modelos suicidas que impactaron objetivos durante los ejercicios.
La Agencia Telegráfica Central de Corea (KCNA) informó que Kim calificó el desarrollo de inteligencia artificial en sistemas no tripulados como una “tarea prioritaria” para la modernización de sus fuerzas armadas. La declaración se da en paralelo al cierre del ejercicio militar conjunto Iron Mace, realizado por Corea del Sur, Japón y Estados Unidos, enfocado en la integración de armamento convencional y capacidades nucleares.

Las imágenes divulgadas muestran drones suicidas detonando sobre blancos simulados, en una demostración que busca exhibir capacidad táctica y disuasiva. El régimen norcoreano ya había realizado pruebas similares en agosto y noviembre de 2024, y en marzo de este año, pero esta es la primera vez que se reconoce oficialmente el uso de IA en sus sistemas de vuelo.
La hermana del líder, Kim Yo-jong, condenó las maniobras aliadas como una “demostración imprudente de fuerza”, mientras Pak Jong Chon, alto dirigente del régimen, advirtió que si las “fuerzas hostiles” persisten en desplegar poderío militar, Corea del Norte responderá con medidas “más decididas y contundentes”.
La supervisión personal de Kim Jong-un no sólo reafirma el enfoque tecnológico del régimen: también envía un mensaje geopolítico. En la guerra moderna, Corea del Norte no sólo busca armamento, sino algoritmos. Y en ese tablero, la inteligencia artificial ya no es herramienta: es doctrina.

