El presidente nacional del PRI, Alejandro Moreno Cárdenas, lanzó una de las acusaciones más graves de los últimos años: la existencia del denominado “Cártel de Macuspana”, una red de complicidades que, aseguró, involucra directamente al senador morenista Adán Augusto López Hernández y que habría sido edificada con el respaldo del presidente Andrés Manuel López Obrador desde 2018.
De acuerdo con el dirigente priista, esta estructura no solo incluye a familiares y operadores políticos, sino también a funcionarios de alto nivel que, desde la Secretaría de Gobernación hasta la Secretaría de Marina, avalaron nombramientos, encubrieron actos de huachicol, manipularon instituciones y pactaron con organizaciones criminales tanto nacionales como internacionales.
En conferencia de prensa en el Senado, Moreno Cárdenas “Alito” afirmó que el PRI ha recabado durante meses información oficial que respalda estas acusaciones. Según dijo, se han entregado documentos ante agencias del Gobierno de Estados Unidos, incluido el Departamento de Justicia, el Departamento del Tesoro, la DEA y el FBI.
“Después de meses de trabajo, de reuniones a nivel nacional e internacional, hemos presentado datos, información y denuncias claras ante las agencias en Estados Unidos. El Estado mexicano está podrido con esta red de corrupción y tenemos que señalar el papel clave del narcosenador, coordinador de los senadores de Morena, Adán Augusto López Hernández”, sostuvo.
El dirigente tricolor presentó oficios y dictámenes que, de acuerdo con su versión, prueban cómo desde las más altas esferas del poder se blindó a personajes con vínculos criminales, garantizando impunidad y consolidando al país como un “narco-Estado”.
Moreno Cárdenas también señaló al senador morenista Carlos Lomelí Bolaños, a quien calificó como parte de esta red. Recordó que el legislador fue sancionado por la DEA y por el Departamento de Estado de Estados Unidos, y aun así Morena lo nombró presidente de la Comisión de Marina.
“Es información pública, corroborada, sobre vínculos claros en los que hubo contratos, venta de químicos y precursores químicos que lo conectaban con un cártel del crimen organizado en México. Esa es la realidad de quienes hoy pretenden gobernar con el discurso de la moralidad”, subrayó.
Las acusaciones llegan en un momento en que recientes detenciones apuntan a supuestas cercanías con personajes ligados al narcotráfico. El 13 de septiembre fue capturado en Paraguay Hernán “N”, identificado como el “Comandante H”, líder del grupo delictivo La Barredora y exsecretario de Seguridad en Tabasco durante el gobierno estatal de Adán Augusto López.
Un día antes, el propio senador había negado vínculos con otro tabasqueño, Saúl Vera Ochoa, investigado por la Fiscalía General de la República (FGR) y la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana (SSyPC) por el presunto transporte de combustible de contrabando en buques, conocido como “huachicol fiscal”.
El dirigente del PRI insistió en que el llamado “Cártel de Macuspana” es la prueba más clara de que el actual partido en el poder, Morena, gobierna “no para México, sino para el crimen”. Aseguró que los miles de muertos, desaparecidos y familias que viven en la zozobra son consecuencia directa de estas complicidades institucionales.
“México merece saber la verdad y merece un gobierno que no se rinda ante el poder del dinero sucio ni ante la violencia de los cárteles. No podemos permitir que el Estado se convierta en refugio del crimen”, afirmó.
Las acusaciones de Moreno Cárdenas representan un nuevo capítulo en la disputa política entre oposición y oficialismo, y se suman a las críticas internacionales que ubican a México bajo el escrutinio por la penetración del crimen organizado en sus instituciones.
Si bien hasta el momento las declaraciones se basan en información presentada por el líder priista y en documentos que asegura haber entregado a las autoridades estadounidenses, el impacto político es innegable. La narrativa del “narco-Estado” vuelve a instalarse en el debate público, poniendo en el centro al exsecretario de Gobernación y hoy senador Adán Augusto López, uno de los hombres más cercanos al presidente López Obrador.
El desenlace de estas denuncias dependerá ahora de las investigaciones que puedan emprender tanto las autoridades mexicanas como las estadounidenses. Lo cierto es que, en pleno año preelectoral, el caso del supuesto “Cártel de Macuspana” amenaza con convertirse en un eje de confrontación política y en un nuevo golpe a la credibilidad de las instituciones mexicanas.


