En un mensaje cargado de acusaciones y descalificaciones, el dirigente nacional del PRI, Alejandro “Alito” Moreno, calificó al senador morenista Adán Augusto López Hernández como “corrupto, hipócrita y una vergüenza para México”, en lo que representa uno de los señalamientos más duros en la confrontación política reciente. A través de su cuenta de X, Moreno no solo lo llamó “patético, torpe y acabado”, sino que lo acusó de recibir millones de pesos de una empresa vinculada al crimen organizado, a la que denominó como parte de una red de “narcopolíticos de Morena”.
El ataque no se quedó en lo retórico. Moreno difundió imágenes del supuesto domicilio fiscal de GH Servicios Empresariales, empresa señalada por el SAT como “fantasma” y que, según investigaciones periodísticas, habría transferido 8.9 millones de pesos a las cuentas de Adán Augusto durante los años 2023 y 2024. En su publicación, el priista acusó directamente al senador de formar parte de una estructura criminal que saquea al país y se escuda en el poder político.
Este señalamiento se suma a la denuncia internacional que Moreno presentó días antes ante el FBI, la DEA, el Departamento del Tesoro y la Corte Internacional de Justicia, en la que acusa a López Hernández de participar en una red de huachicol fiscal, lavado de dinero y contrabando internacional de hidrocarburos. En el documento, también se vincula al senador con empresas fachada y operaciones transfronterizas que habrían permitido el robo y reimportación ilegal de crudo mexicano procesado en Estados Unidos.
Moreno ha ido más allá, al denunciar la existencia de un supuesto “Cártel de Macuspana”, presuntamente encabezado por el expresidente Andrés Manuel López Obrador y conformado por gobernadores, exfuncionarios, familiares y operadores financieros del lopezobradorismo. En esta estructura, Adán Augusto figura como uno de los principales articuladores, junto con personajes como Hernán Bermúdez, exsecretario de Seguridad en Tabasco, también señalado por vínculos con el crimen organizado.
En respuesta, Adán Augusto ofreció una conferencia de prensa en el Senado, donde negó haber ocultado ingresos y calificó las acusaciones como parte de un “ataque de la derecha conservadora”. Aseguró que los recursos recibidos provienen de herencias familiares y litigios ganados en Estados Unidos, y que todo está debidamente declarado ante el SAT y la Contraloría del Senado. Sobre GH Servicios Empresariales, reconoció que “es probable que sí haya recibido dinero”, pero defendió que la empresa fue exonerada por el SAT en 2018 tras un juicio fiscal.
No obstante, su defensa ha sido considerada por analistas como débil y evasiva, al no aclarar con precisión el origen de todas las transferencias ni explicar por qué empresas vinculadas a su gestión como gobernador terminaron depositando millones en sus cuentas personales. Su insistencia en que “no hay delito” y que “todo está declarado” contrasta con la gravedad de las acusaciones y la falta de una investigación formal por parte de las autoridades mexicanas.
El choque entre ambos políticos ocurre en un contexto de polarización extrema y de cara a los comicios de 2027, donde las estrategias de desgaste, exhibición y confrontación parecen haber sustituido al debate de propuestas. Mientras Alito Moreno busca posicionarse como el opositor más combativo, Adán Augusto se aferra a su cargo como coordinador parlamentario de Morena en el Senado, asegurando que no solicitará licencia y que cumplirá los seis años de su encargo.
Por ahora, las acusaciones permanecen en el terreno de la denuncia política y mediática. Pero el nivel de los señalamientos, la participación de agencias internacionales y la presión pública podrían escalar hacia una investigación formal que ponga a prueba la solidez institucional del país y la capacidad del sistema político para enfrentar la corrupción desde sus más altos niveles.

