Por las calles del municipio de Tenancingo volvió a sentirse el eco de los tambores, las sonajas y los pasos rítmicos que evocan la lucha eterna entre el bien y el mal. La comunidad del Plantel “Dr. Pablo González Casanova” de la Escuela Preparatoria de la Universidad Autónoma del Estado de México (UAEMéx) celebró la tercera edición del Paseo de los Diablos de Yauhtli, una expresión artística y simbólica que honra la identidad cultural de la región sur del Estado de México.
En representación de la rectora de la UAEMéx, Martha Patricia Zarza Delgado, la directora del Centro de Actividades Culturales (CeAC), Eufrasia Gómez Pérez, destacó que este evento constituye “un acto de profunda resignificación cultural” y un ejemplo de cómo la Máxima Casa de Estudios mexiquense se convierte en un espacio de encuentro para el rescate, estudio y proyección de las identidades locales.
Gómez Pérez subrayó que el Paseo de los Diablos de Yauhtli permite a la comunidad universitaria valorar la riqueza simbólica de la religiosidad popular, comprender sus raíces y reconocer cómo las creencias, rituales y tradiciones conforman una parte esencial de la existencia humana. “Al reavivar estas tradiciones no sólo honramos a nuestros antepasados, sino que también enriquecemos el presente y construimos un futuro donde la diversidad cultural se celebra y se transmite de generación en generación”, expresó.
El Paseo de los Diablos de Yauhtli conmemora la creencia popular de que, días antes del 29 de septiembre —festividad de San Miguel Arcángel—, el diablo anda suelto, simbolizando la presencia del mal en la tierra. En esta representación, estudiantes, docentes y artistas locales dan vida a una danza ritual que dramatiza la confrontación entre San Miguel y las fuerzas del mal, encarnadas por los diablos.
La puesta en escena está acompañada por la interpretación de la pieza musical “San Miguel”, creada especialmente para esta festividad y ejecutada por la Banda Universitaria de Marcha. Al ritmo de los metales y tambores, los diablos y las yauhtlis recorren las calles danzando con energía y colorido, envolviendo a la comunidad en un ambiente festivo cargado de simbolismo.
Cada detalle del atuendo de los participantes está cuidadosamente diseñado para mantener la autenticidad y el valor artesanal de la tradición. Las máscaras de los diablos, elaboradas con alambre galvanizado, papel de estraza y pasta de cemento, son el resultado de un meticuloso trabajo manual. Las yauhtlis, figuras que representan el bien, portan un estandarte rematado con una cruz de pericón y una canasta de flores del mismo tipo, elementos que, según estudios antropológicos, simbolizan protección y fertilidad.
Tanto los diablos como las yauhtlis portan un distintivo textil del municipio de Tenancingo: el rebozo. En el caso de los diablos, se utiliza como fajilla en la cintura; mientras que las yauhtlis lo llevan cruzado a lo largo del cuerpo, reflejando elegancia y pertenencia a la tradición artesanal local.
En esta edición, se incorporó un nuevo elemento: la imagen de San Miguel Arcángel, que porta un rebozo rojo a manera de capa y un estandarte de pericón, reforzando el vínculo entre la religiosidad popular y la identidad tenancinguense. El diablo mayor, por su parte, lleva un rebozo a modo de gabán, simbolizando su autoridad dentro del grupo.
Durante la danza, las yauhtlis, con la cruz de pericón en alto, enfrentan a los diablos en una coreografía que culmina con la victoria del bien sobre el mal, escenificada cuando San Miguel vence al diablo mayor. Este cierre representa la purificación del espacio y la reafirmación de la fe en la justicia divina.
El acto contó con la presencia de la representante de la Secretaría de Cultura y Turismo del Estado de México, Roseli Bobadilla Zamora; la directora de Centros Universitarios y Planteles Regionales de la Región Sur, María del Carmen Domínguez; la encargada del despacho de la dirección del Plantel “Dr. Pablo González Casanova”, Janette Jaimes García; así como profesorado y comunidad universitaria.

